Bush promete más ayuda a palestinos

Bush promete más ayuda a palestinos

WASHINGTON (EFE).- La reunión ayer entre el presidente de EEUU, George W. Bush, y el líder palestino, Mahmud Abás, arrojó un resultado positivo para éste, que se marcha con la promesa de 50 millones de dólares adicionales para Gaza y una declaración del apoyo de Washington a un Estado palestino viable.

En una rueda de prensa en la Rosaleda de la Casa Blanca, bajo un sol radiante, ambos líderes se mostraron sonrientes y distendidos mientras Bush enumeraba lo que representa, hasta la fecha, el respaldo más claro de su Gobierno a las reclamaciones palestinas.

Abás había indicado que venía a EEUU, en la primera visita de un presidente palestino desde 2000, para pedir básicamente dos cosas: más dinero y una declaración de compromiso con un Estado palestino viable y que tenga continuidad territorial en Cisjordania.

Y el presidente palestino, que afronta unas complicadas elecciones legislativas en julio, se marcha con ambas cosas.

Bush anunció un fondo de 50 millones de dólares para la construcción de viviendas en la superpoblada franja de Gaza, que se sumará a más de 200 millones de dólares en ayuda indirecta que ya ha aprobado el Congreso.

Y, al mismo tiempo, expuso lo que describió como «la posición de Estados Unidos hoy y que será la posición de EEUU en las negociaciones sobre el estatus final».

Los palestinos, afirmó Bush, son «totalmente capaces de gobernarse a sí mismos» en un Estado pacífico.

Ese Estado deberá incluir la continuidad territorial de Cisjordania y vías de comunicación «significativas» entre esa región y Gaza, indicó el presidente de EEUU.

Israel, indicó Bush, debe «eliminar los enclaves no autorizados (en los territorios palestinos), poner fin a la expansión de los asentamientos y trazar la barrera de separación que erige según principios de seguridad, no principios políticos».

A medida que se progresa en el proceso de paz, afirmó Bush, Israel también deberá «retirarse a las áreas en las que se encontraba antes del 28 de septiembre de 2000», cuando comenzó la segunda intifada.

En un intento de calmar los temores palestinos, Bush indicó que la retirada unilateral de Gaza que Israel tiene previsto comenzar este verano representa «una oportunidad para retomar la Hoja de Ruta».

Bush anunció, además, que su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, viajará a la zona antes de que comience esa salida para consultar con las partes implicadas.

Los palestinos temen que la retirada convierta a Gaza en un enclave sin comunicación con el mundo exterior y desvíe la atención de los asentamientos israelíes en Cisjordania.

También temen que la intención declarada de Israel de mantener sus principales asentamientos en Cisjordania deje el suelo en manos palestinas convertido en una serie de parches sin contig~idad territorial.

Pero si Israel tiene obligaciones dentro de la Hoja de Ruta, el acuerdo internacional de paz, Bush dejó claro que también las tienen los palestinos: poner fin a la violencia terrorista y reformar sus fuerzas de seguridad.

«Ha llegado el momento de que todas las partes en este conflicto dejen atrás los resentimientos pasados y avancen hacia la paz», insistió el presidente estadounidense, quien prometió que «nos embarcaremos en ese viaje juntos».

Abás afirmó, por su parte, que «dejamos Washington más confiados en el papel que jugará» el Gobierno de Bush en el proceso de paz.

«El tiempo se está convirtiendo en nuestro peor enemigo. Es necesario llegar a un acuerdo antes de que sea demasiado tarde», indicó el líder palestino.

La recepción que ha propinado la Casa Blanca al líder palestino no podía ser más distinta a la que dio a su predecesor, Yaser Arafat, con quien Bush se negaba a tratar con el argumento de que alentaba el terrorismo.

Ayer, Bush se deshizo en elogios hacia Abás, al que calificó de «hombre valiente» y «comprometido con la paz».

El presidente palestino afronta un momento difícil con las elecciones de julio, en las que el grupo radical HAMAS amenaza con aumentar su representación, por lo que la Casa Blanca estaba decidida a hacer concesiones.

Lo complicado de los comicios ha hecho surgir rumores en los territorios palestinos sobre su aplazamiento a noviembre, algo que Abás se ha visto obligado a desmentir en Washington.

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