WASHINGTON (EFE).- El presidente estadounidense, George W. Bush, propuso ayer el retorno del hombre a la Luna hacia 2015 y establecer allí una base como punto de lanzamiento hacia una misión tripulada a Marte.
«Ha llegado la hora de que Estados Unidos emprenda el próximo paso» en la exploración espacial, dijo Bush al anunciar una nueva política espacial en la sede de la NASA.
Para estas misiones, Estados Unidos va a desarrollar un nuevo vehículo tripulado (CEV), cuyo primer ensayo debe tener lugar en 2008, y que sustituirá a la actual flota de transbordadores, que sería jubilada hacia 2010.
Bush dijo que los transbordadores deben volver al espacio «lo antes posible» para tratar de completar la construcción de la Estación Espacial Internacional.
«Vamos a cumplir las obligaciones con nuestros 15 socios» en la estación espacial, aseguró el presidente.
A partir de entonces, el principal objetivo de la política espacial de EEUU será el de los vuelos tripulados a la Luna y Marte.
En primer lugar, Estados Unidos desarrollará el CEV, cuya misión inicial será la de viajar a la estación orbital, pero cuyo objetivo final será el de llevar astronautas, primero a la Luna y luego más allá.
La primera misión tripulada del nuevo vehículo está prevista para el año 2014, mientras que el retorno del hombre a la Luna sería un año después.
Bush indicó que la Luna sería el punto de lanzamiento de las misiones a Marte.
Aunque el presidente no precisó cuándo se podrían producir los primeros vuelos tripulados a Marte, pero fuentes de su gobierno han apuntado que podría ser hacia 2030.
Para ello, Bush propuso aumentos modestos del presupuesto de la NASA, de sólo un 5 por ciento anual durante los próximos tres ejercicios y de un 1 por ciento en cada uno de los dos años siguientes.
Según la Casa Blanca, sólo harían falta 1.000 millones de dólares en nueva financiación durante los próximos cinco años.
A partir de entonces, la NASA podría destinar a los nuevos objetivos el dinero que ahora gasta en el mantenimiento y las misiones de los transbordadores y la construcción de la Estación Espacial Internacional.
Estas propuestas de Bush han sido acogidas con entusiasmo por la NASA y las organizaciones que promueven la exploración espacial, que ven por fin un horizonte claro y visionario al que dirigir los esfuerzos en este campo.
«Hasta ahora, hemos estado dando vueltas alrededor de la Tierra», señaló a EFE John Logsdon, director del Instituto de Política Espacial de la Universidad George Washington, quien opinó que la Estación Espacial Internacional «es poco excitante».
En cambio, la idea de un fuerte aumento de los gastos en el espacio ha sido criticada, al unísono, por la oposición del Partido Demócrata y por centros de estudios conservadores, que temen un fuerte aumento en el déficit presupuestario récord.
«Los planes espaciales de Bush no son de este mundo», consideró el Instituto Cato, que pide una reforma total de la NASA para que el proyecto puede tener visos de éxito y no haya «otro costoso fracaso burocrático».