Bush quiere a John Roberts para Suprema

Bush quiere a John Roberts para Suprema

WASHINGTON (AFP).- El presidente George W. Bush anunció el lunes la nominación del juez John Roberts para el cargo de presidente de la Corte Suprema de Justicia, y la oposición demócrata postergó el comienzo de las audiencias de confirmación en el Senado, para considerar cuidadosamente al candidato.

John Roberts, de 50 años, había sido nombrado en julio por el presidente estadounidense para integrar la Corte Suprema en reemplazo de la renunciante Sandra Day O’Connor.

«Elegí al juez Roberts entre los juristas más brillantes del país porque tiene la inteligencia, la experiencia, el temperamento para ser un miembro excepcional de la más alta corte», declaró Bush a la prensa desde el salón oval de la Casa Blanca. «Es un hombre íntegro e imparcial», dijo Bush, con John Roberts a su lado.

«Estoy convencido de que el Senado podrá concluir sus audiencias y confirmarlo como presidente de la Corte antes de un mes», cuando el más alto tribunal del país reanude sus trabajos, agregó.

Bush precisó que también designaría rápidamente a un juez para reemplazar a Sandra Day O’Connor.

John Roberts, por su parte, se declaró «honrado» por la «confianza» del presidente.

La muerte de William Rehnquist, a los 80 años, tras un cáncer de tiroides, dejó vacante el cargo de presidente de la Corte Suprema, que ocupó durante 19 años.

La Corte Suprema, la más alta instancia judicial e integrada por nueve jueces designados de por vida, resuelve importantes debates sociales en Estados Unidos, como el derecho al aborto, los derechos de las minorías raciales o la pena de muerte, pero también sobre prerrogativas del Poder Ejecutivo como la «guerra contra el terrorismo».

Por ese motivo su presidente es uno de los funcionarios más poderosos del país y su composición es políticamente muy sensible.

La elección de Roberts, un juez federal que pertenece al ala conservadora del Partido Republicano, ya suscitó muchas reacciones en los medios políticos progresistas del país, a pesar de que sus cualidades como jurista son incuestionables.

La oposición demócrata postergó el comienzo de sus audiencias de confirmación en el Senado, que debería comenzar el martes, y es probable que intente obtener del candidato posiciones más consensuadas sobre los grandes debates de la sociedad, para tener una idea más clara sobre las decisiones que tomará a la cabeza de la Corte Suprema.

«Esta nominación ciertamente refuerza la necesidad de estar seguros de que los estadounidenses y el Senado conocen bien las opiniones del juez Roberts antes que asuma el que es tal vez el segundo cargo más poderoso de Estados Unidos», dijo el lunes el senador demócrata Charles Schumer.

Temiendo que se evite un debate político que considera esencial, en un momento en que todo el país está centrado en la tragedia provocada por el huracán Katrina, la oposición empezó por pedir una postergación del proceso de confirmación, al menos por unos días.

Es la primera vez desde la administración republicana de Richard Nixon en 1971 que un presidente debe nombrar dos jueces de la Corte Suprema al mismo tiempo, luego de la renuncia de O’Connor.

La designación de Roberts como presidente de la Corte, de la que sería el integrante más joven, podría anclar a esta institución en el terreno conservador durante por al menos una generación, sobre todo si Bush elige una personalidad de derecha para remplazar a O’Connor.

La última decisión impactante del juez Roberts, junto con dos colegas de la Corte de Apelaciones, fue haber validado en julio pasado los tribunales militares de excepción establecidos para juzgar a los presos de Guantánamo, un fallo que representó una clara victoria para la administración Bush.

Diplomado en derecho por la célebre universidad de Harvard, Roberts trabajó para el difunto juez William Rehnquist, al iniciar su carrera en la más alta instancia judicial de Estados Unidos.

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