Bush recibe apoyo de la UE

Bush recibe apoyo de la UE

DROMOLAND CASTLE (Irlanda) (EFE).- La Unión Europea (UE) apoyó ayer al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en su acción en Irak y en el entrenamiento de las nuevas fuerzas armadas de ese país, aunque le pidió respeto de las convenciones internacionales.

En la primera etapa de su viaje a Europa antes de participar en la reunión de la OTAN en Estambul el próximo lunes Bush consiguió de los europeos una pequeña victoria, ya que en una declaración conjunta la UE esta apoyó el «entrenamiento y equipamiento de unas fuerzas de seguridad profesionales».

Pero en el texto se evita mencionar que sea la OTAN quien deba prestar esa formación, como había pedido a la Alianza esta semana el primer ministro iraquí, Iyad Alaui y se insiste en que en Irak habrá que respetar las convenciones de Ginebra.

Esta última mención parece un toque de atención de los europeos a EEUU por el escándalo de las torturas a presos iraquíes por parte de tropas estadounidenses pero aún así, Bush aprovechó esta ocasión para dar por terminadas las diferencias con la UE a propósito de la intervención en Irak.

En su declaración conjunta sobre Irak, europeos y norteamericanos aludieron a la cuestión de la reducción de la deuda exterior del país -que se calcula en unos 120.000 millones de dólares- y dijeron que tendrá que hacerse «en conexión con un programa del Fondo Monetario Internacional».

Ambas partes se comprometieron a aportar apoyo y asistencia para las elecciones de enero de 2005, así como para fortalecer la economía del país árabe, y abrieron la puerta a una posible conferencia internacional sobre Irak.

La reunión de la UE y Estados Unidos, la primera después de la reciente ampliación comunitaria, se celebró con excepcionales medidas de seguridad en Irlanda, país que tradicionalmente ha recibido a los presidentes estadounidenses con una calidez que se echó esta vez en falta.

Varios miles de personas se manifestaron contra la visita de Bush en varias ciudades aunque no hubo incidentes graves durante las 18 horas que duró la visita del presidente estadounidense.

En el castillo de Dromoland las delegaciones de ambas partes trabajaron en la redacción de siete declaraciones sobre otros tantos asuntos de interés mutuo, desde la lucha contra el terrorismo a la cooperación en materia económica y comercial, la lucha contra la propagación del Sida, la situación en Oriente Medio y Sudán o la no proliferación de armas de destrucción masiva.

EEUU y la UE se comprometieron a reforzar las medidas de control y persecución de la financiación del terrorismo, a intercambiar datos de sus servicios de inteligencia y a endurecer la vigilancia en el tráfico aéreo, aunque admitieron que habrán de respetar los derechos y la privacidad de los viajeros.

Los líderes de la UE y de EEUU se comprometieron a garantizar que sean efectivas las leyes destinadas a impedir y congelar los movimientos financieros que puedan beneficiar a actividades terroristas y prometieron trabajar para coordinarse en ese empeño.

En materia comercial manifestaron que pretenden impulsar las negociaciones en la ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y respetar las normas de este organismo.

«Continuaremos cooperando para alcanzar una conclusión exitosa de las negociaciones en la Agenda del Desarrollo de Doha tan pronto como sea posible, sobre la base de un resultado ambicioso y equilibrado, teniendo en cuenta las necesidades de los países en desarrollo y garantizando que los más pobres no quedan abandonados», continúa la declaración.

Sobre el conflicto israelo-palestino reiteraron su compromiso con una solución «justa, duradera y que abarque todos los aspectos» e insistieron en que «los progresos de cara a un acuerdo negociado de paz en Oriente Medio y para la reforma generarán beneficios mutuos».

Añadieron que sobre ese conflicto «cualquier iniciativa unilateral debe acometerse de manera compatible con la ‘Hoja de Ruta’ y la visión de los dos Estados» y recordaron que «una mayor libertad política y económica puede cambiar y mejorar las vidas en los países afectados».

También expresaron su «grave preocupación» por la crisis humana en Darfur (Sudán) e instaron a las partes implicadas a un diálogo que permita resolver los problemas económicos y políticos que la han causado.

En el ámbito de la lucha contra la propagación del Sida y sus consecuencias, sobre todo en los países más pobres, firmaron una declaración de compromiso con la movilización de más dinero para los Estados receptores y el suministro a estos, en condiciones ventajosas, de medicamentos y material.

También pidieron al sector privado que invierta lo suficiente para financiar el desarrollo de vacunas y medios de prevención de la enfermedad.

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