Bush recibe débil cumbre G-8

Bush recibe débil cumbre G-8

WASHINGTON (AFP).- George W. Bush albergará a partir del martes en Sea Island (Georgia, sudeste) la cumbre del G-8, debilitado tanto a nivel internacional por las dificultades en Irak como a nivel local, a menos de cinco meses de las elecciones presidenciales estadounidenses.

Bush espera que la cumbre de los siete países más industrializados del mundo y Rusia, a la cual invitó a una media docena de representantes árabes y musulmanes y a tres dirigentes iraquíes, le sirva para dar una mejor imagen y para defender su ambicioso plan de democratización del Medio Oriente.

La «guerra contra el terrorismo» y la guerra en Irak prometen ser los temas dominantes, aunque Bush espera privilegiar los aspectos que generan más consenso.

«Discusiones muy importantes girarán en torno a la iniciativa presidencial para el Gran Medio Oriente, la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, los temas de las operaciones de paz, una iniciativa para darle seguridad y facilitar los viajes en Africa, y sobre el desarrollo económico encabezado por el sector privado», precisó la consejera de seguridad nacional estadounidense, Condoleezza Rice.

A cinco meses de las elecciones, la tasa de popularidad de Bush en su país cayó por debajo de la barrera del 50%, la más baja desde las elecciones en 2000.

La mayor parte de los sondeos lo ubican en un cabeza a cabeza con su rival demócrata, John Kerry, quien disputará con él la presidencia en noviembre.

Además tiene una difícil tarea en el congreso, donde la oposición es cada vez más crítica respecto al tema de Irak.

Aunque el tema de la seguridad nacional es un tradicional punto fuerte de los republicanos y de Bush, el mandatario ahora enfrenta un escepticismo creciente sobre la forma como ha conducido la guerra en Irak, donde más de 800 militares estadounidenses murieron desde marzo de 2003, 600 de ellos en combate.

Según un reciente sondeo de la cadena de televisión ABC y el diario The Washington Post, 58% -contra 40%- desaprueba su tarea en Irak y 57% -contra 36%- rechaza su gestión de la crisis desatada por las torturas a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib.

Sin embargo, Bush matiene la ventaja respecto a la guerra contra el terrorismo, apoyada por el 58% de los estadounidenses, contra 39%.

Además, la Casa Blanca espera que las buenas noticias en materia económica, como la creación de más empleos que los previstos anunciada este viernes, le darán impulso a su campaña por la reelección.

El presidente estadounidense convocó a varios gobernantes musulmanes para que se reúnan con los miembros del G-8 (Alemania, Canadá, Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Rusia).

El presidente interino iraquí Ghazi al Yawar y sus dos vicepresidentes están invitados a la cumbre, en la que también estarán presentes los dirigentes de Afganistán, Argelia, Bahrein, Jordania, Turquía y Yemen.

En cambio, los gobiernos de dos pesos pesados de la región aliados tradicionales de Estados Unidos, como Arabia Saudita y Egipto, estarán ausentes.

El presidente egipcio Hosni Mubarak se opuso a la inicitiva estadounidense de democratizar el Medio Oriente. Junto con Arabia Saudita rechazó las «recetas» propuestas desde el extranjero. Turquía y Jordania también se opusieron.

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