MIAMI (AFP).- El presidente estadounidense, George W. Bush, prometió este domingo ayuda del gobierno para reconstruir las zonas del sudeste del país (en Florida y Alabama) devastadas por el huracán Iván.

   Es la tercera visita de Bush a Florida desde el 15 de agosto -un estado clave para las elecciones presidenciales- para inspeccionar los daños provocados por un ciclón, tras el paso de Charley y Frances.

   Los meteorólogos cerraron el capítulo del huracán Iván, luego de que lo que quedaba de él se disipó hacia el este de Estados Unidos este domingo, tras 12 días de devastación y al menos 108 muertos en Estados Unidos y el Caribe.

   El Centro Nacional de Huracanes con sede en Miami emitió su alerta final con respecto a Iván a última hora del sábado, cuando la tormenta, ahora convertida en depresión tropical, avanzaba hacia el Océano Atlántico.

   Sin embargo, el fin de la tarea de limpieza y reconstrucción todavía no está a la vista en países devastados por la tormenta que dejó unos 70 muertos en el Caribe y 38 en Estados Unidos.

   Los ríos seguían encrespados en Virginia Occidental (este) y la última muerte ocurrió al norte de la ciudad de Nueva York, donde un hombre naufragó en aguas agitadas en las afueras de Connecticut.

   En las devastadas zonas del noroeste de Florida, aún sin servicio eléctrico ni agua corriente, los pobladores hacían cola para comprar combustible bastante antes de que amaneciera.

   En Orange Beach (Alabama, sudeste) George W. Bush dijo que «quiero decirle a los ciudadanos de esta parte del mundo que estamos orando por ustedes, que les daremos ayuda tan rápido como podamos, y que le pedimos a Dios que los bendiga a ustedes y a sus familias».

   «Lo más asombroso de estas catástrofes es cómo el pueblo norteamericano está a la altura de las circunstancias», dijo Bush.

   Bernard Venzo, embajador de Francia para los Estados del Caribe oriental, dijo que en Granada, uno de los primeros lugares que golpeó el huracán, vio «una gran, gran desolación».

   Un equipo de rescate francés ayudó a reabrir carreteras y un hospital en la pequeña Granada, que sufrió 37 muertes cuando Iván pasó por allí el 8 de setiembre, informó el diplomático con residencia en Santa Lucía.

   Iván primero amenazó la isla caribeña de Tobago el 7 de setiembre, antes de llegar a Granada, Barbados, Venezuela, la República Dominicana, Jamaica, Cuba y las islas Cayman.

   El jueves, la enorme tormenta llegó a las costas estadounidenses del Golfo de México, con vientos de hasta 215 kilómetros por hora, con una furia que destruyó casas y edificios y causó varias inundaciones.

   Las autoridades lanzaron una amplia operación de socorro por la costa del Golfo de México, mientras las lluvias provocadas por Iván seguían cayendo y causando inundaciones desde Georgia hasta Maryland y dando inicio a tornados.

   La tormenta desató lluvias en la mayor parte del este de Estados Unidos el sábado, antes de perderse en el océano.

   A su paso, dejó al menos 38 muertos en una amplia zona del sureste estadounidense, dese Louisiana en la costa del golfo hasta Maryland, un pequeño Estado, adyacente a la capital del país.

   El sargento John Blades, de la Policía estatal de Maryland dijo que al menos cinco tornados tocaron el Estado el sábado, lo que destrozó miles de hogares más.

   Los expertos en seguros han estimado los daños en unos 10.000 millones de dólares, lo que convierte a la tormenta en una de las más caras de la historia del país.

   El presidente Bush declaró a Alabama, Florida, Georgia, Louisiana, Mississippi y Carolina del Norte como zonas de desastre, y recorrerá este domingo Alabama y Florida.

   Pero esto no parece terminar para el Caribe y Estados Unidos. Otro huracán en ciernes, la tormenta tropical Jeanne, este domingo se desplazó hacia el norte de Bahamas y se prevé que se mantenga en el mar en los próximos días.

   Jeanne provocó siete muertes en la República Dominicana y otras dos en Puerto Rico.

   El mandatario también declaró a Puerto Rico zona de desastre y liberó fondos federales de emergencia para ayudar a la isla.

   Mientras, en el Océano Atlántico un nuevo huracán está naciendo, el quinto de tal poder esta temporada. Karl, ubicado a unos 2.000 kilómetros al oeste de Cabo Verde tiene un trayecto previsto por el nordeste del Atlántico y por ahora, al parecer, se mantendrá lejos de tierra.