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WASHINGTON (EFE).- El presidente de EEUU, George W. Bush, reiteró ayer su firme decisión de promover la democracia y la libertad en el mundo y de seguir siendo implacable en su lucha contra el terrorismo.
El mandatario refrescó hoy, en su primer mensaje radiofónico sabatino de su segundo Gobierno de cuatro años que empezó el jueves, sus prioridades nacionales e internacionales que había expuesto durante la ceremonia de jura celebrada en las escalinatas del oeste del Capitolio, la sede del Congreso. Bush dijo que «cuando Estados Unidos da su palabra, la mantiene», al subrayar su pleno respaldo a las elecciones que se llevarán a cabo en Irak el próximo 30 de enero, a pesar de la constante oleada de violencia que afecta a ese país árabe.
También hizo hincapié en que diseminará la democracia a lo largo y ancho del planeta, y en su incansable objetivo de evitar que armas de destrucción masiva caigan en poder de grupos terroristas «y de las tiranías».
Por otro lado, extendió una vez más su apoyo al pueblo de Afganistán en su camino hacia la democracia, una forma de gobierno que promueve Washington en ese país tras el derrocamiento del régimen de los Talibán en octubre del 2001.
«Mantenemos una guerra que seguiremos liderando en el extranjero», sentenció, e indicó que tiene la esperanza de que las elecciones en Irak lleven la estabilidad a Oriente Medio y alienten cambios democráticos en cualquier parte del mundo.
El presidente de Estados Unidos, que dijo que la ceremonia inaugural de su nuevo mandato fue «una experiencia simple y humilde» -pese a los 40 millones de dólares que se invirtieron en los actos cívicos y sociales realizados-, agradeció a los estadounidenses su apoyo en las elecciones del 2 de noviembre pasado.
Uno de los grandes desafíos que afronta Bush en su segundo gobierno es la solución de la crisis de Irak, país donde ha desplegado 150.000 soldados respaldados con la presencia de militares de Gran Bretaña y otros países aliados.
Los manifestantes en su contra en Washington el día de la jura de Bush, exigieron la pronta salida de Irak de las tropas estadounidenses.
En algunas de sus pancartas, esos manifestantes tacharon de «mentiroso» a Bush porque jamás halló las armas de destrucción masiva que aseguró poseía el depuesto presidente iraquí Sadam Husein, que está bajo custodia de Estados Unidos, y que fue el principal argumento para su invasión de Irak.
El gobernante manifestó en su habitual mensaje sabatino, que los enemigos de EEUU se han topado con una nación fuerte que respondió a los atentados en su suelo con la captura o muerte de los terroristas en el mundo.
Asimismo, repitió su compromiso de impulsar una amplia reforma del sistema de la Seguridad Social estadounidense que está en crisis, fortalecer la economía y mejorar los programas de salud y educación.
Previamente, el presidente Bush había enviado un saludo a los musulmanes en todos los rincones del planeta con ocasión de su celebración de la «Fiesta del Sacrificio» (Eid al-Adha).
«El sacrificio de Abraham y su servicio a Dios nos enseña la importancia de la devoción y su misericordia, lo cual nos alienta a compartir sus bendiciones con otros», dijo en su felicitación.
Añadió que las bondades y caridad practicadas por los musulmanes durante esta fiesta (Eid al-Adha) fortalecen la amistad, ayuda a los necesitados «y da un ejemplo del espíritu de compasión que hace a Estados Unidos y el mundo un buen lugar».
A nombre de EEUU, Bush reconoció la contribución que los musulmanes estadounidenses han dado a la herencia religiosa y cultural de este país.
«Sus valores de la familia, servicio y comunidad enriquecen nuestra sociedad y reflejan los ideales en los que fue fundada nuestra nación», destacó, señalando que su esposa Laura y él «envían buenos deseos para una celebración jubilosa». EFE
