Bush reitera no parará lucha contra terrorismo

Bush reitera no parará lucha contra terrorismo

WASHINGTON (EFE).- El presidente de EEUU, George W. Bush, perseguido últimamente por las críticas a su pasado militar, replicó ayer con una arenga a las tropas de Fort Polk (Luisiana) en la que insistió en que «no cejará» hasta eliminar la amenaza terrorista.

En su alocución, Bush defendió la guerra en Irak y aseguró que Estados Unidos «no vivirá a la sombra de amenazas crecientes» como la que, según él, representaba el régimen del ex presidente Sadam Husein en el país árabe.

En este sentido, la comparecencia del presidente precisamente en Fort Polk es significativa: dos soldados muertos al estallar la semana pasada una bomba junto a una carretera en Irak procedían de esta base.

Bush recordó también los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos: «La vida ha vuelto a la normalidad desde entonces para muchos, pero mi deber es proteger a nuestros ciudadanos y mi determinación es la misma que en aquella mañana».

Vestido con una chaqueta militar, el presidente, que recibió una entusiasta acogida entre los soldados a su llegada en helicóptero a la base, recordó que también es el comandante en jefe de las tropas de EEUU y aseguró que «no cejaré hasta que la amenaza contra este país haya desaparecido … y ustedes tampoco».

«Este país nunca se dejará intimidar por un puñado de matones y de asesinos», agregó Bush ante los aplausos de los soldados.

Más de 500 soldados de EEUU han muerto desde el comienzo de la guerra en el país árabe, el último de ellos hoy al estallar una bomba junto al convoy en el que viajaba.

Con esta intervención, Bush pretende recordar a sus conciudadanos que es un «presidente de guerra», que ha liderado a su país en dos conflictos -Afganistán e Irak- y sigue encabezando la lucha contra el terrorismo.

Preocupado por la caída en sus índices de popularidad -que aun así le sitúan en casi el 50 por ciento-, el presidente se ha embarcado en una ofensiva para «vender» su imagen en dos áreas bien definidas: por un lado, como líder en asuntos de seguridad nacional y, por otro, como el artífice de la incipiente recuperación económica, que atribuye a sus recortes de impuestos.

Así, en los últimos ocho días se ha desplazado a Florida, Pensilvania y Misuri, y ahora a Luisiana, para contrarrestar ante los electores el daño causado por el empuje de la campaña demócrata y el fracaso en la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak.

Hoy, Bush trataba de relanzar su imagen entre los miembros de la Guardia Nacional a raíz de la polémica en torno a su servicio militar durante la guerra de Vietnam, a comienzos de los años 70.

Bush cumplió su servicio militar en la Guardia Nacional Aérea de Texas pero existen dudas acerca de lo que pasó exactamente en sus últimos dos años de adiestramiento.

El entonces teniente pidió un traslado en 1972 a Alabama, donde iba a participar en una campaña electoral, pero sus críticos aseguran que no hay pruebas de que se incorporara a ese destino.

A lo largo de toda la semana pasada la Casa Blanca difundió una serie de documentos que, asegura, representan todo el historial militar del presidente, incluidos sus datos dentales.

Sin embargo, estos documentos no ofrecen conclusiones definitivas y muestran grandes espacios de tiempo en blanco durante 1972 y 1973.

El servicio militar de Bush se ha convertido en uno de los grandes caballos de batalla en los inicios de la campaña electoral para las presidenciales de noviembre.

El favorito para la candidatura demócrata, el senador John Kerry, un héroe de Vietnam, aprovechó hoy la visita presidencial a Fort Polk para criticar el trato de Bush a los militares y prometer que con él en la Casa Blanca «los veteranos tendrán a un veterano que luchará para garantizar que reciben las ventajas que se merecen».

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