WASHINGTON. AP. Es la casa de Barack Obama ahora, pero su predecesor y contrapunto político, George W. Bush, se robó el evento hoy en la Casa Blanca con sus ocurrencias y su amplia sonrisa.
Muchas gracias por invitar a nuestros alborotadores amigos a mi ejecución, dijo el ex presidente, refiriéndose a los miembros de su familia y ex gabinete, invitados a la mansión ejecutiva para la develación de su retrato oficial y el de su esposa, Laura Bush. Compórtense, reprendió en broma al grupo.
Liberado del estrés de la presidencia y después de pasar tres años alejado de los reflectores, un relajado y jovial Bush regresó a la Casa Blanca con su padre, el ex presidente George H.W. Bush, para una rara aparición pública de tres comandantes supremos. La ex primera dama Barbara Bush también estuvo ahí, al igual que las hijas de George W. y Laura, Jenna y Barbara.
Bush dijo al actual presidente que estaba contento de saber que cuando deambules por estos pasillos mientras enfrentas decisiones difíciles, ahora podrás mirar este retrato y preguntarte, ¿qué haría George?.
La ceremonia de develación pasó por una reunión de antiguos colaboradores de la época Bush, entre ellos el ex secretario de Justicia Alberto Gonzales, el ex secretario de Estado Colin Powell, el ex asesor político Karl Rove y el ex director de Seguridad Nacional Tom Ridge. Antes de eso, Obama y su esposa, Michelle, recibieron a más de una decena de miembros de la familia Bush en un almuerzo privado.
Si bien Bush, Obama y sus esposas hablaron sobre la cordialidad entre sus familias, se evidenció poco de ella entre ambos. Intercambiaron saludos pero no abrazos. Hubo un poco de la charla informal mientras entraban y salían del Ala Este o mientras posaban juntos.
Podemos tener nuestras diferencias políticas, pero la presidencia trasciende esas diferencias, le dijo Obama a Bush.
El hecho de que la relación entre Obama y Bush sea cordial pero no cercana no resulta una sorpresa.
Obama sigue hablando mal de la época en que Bush estuvo en el cargo, culpándolo por la crisis económica, la elevada deuda federal y las guerras inconclusas que heredó. Y en medio de una contienda electoral, el mandatario ve las políticas económicas de Bush como las mismas que las de su actual rival, el republicano Mitt Romney, así que los pone en el mismo sitio.
Bush, alegre y comunicativo, saludó el artista John Howard Sanden por lograr un buen trabajo con un modelo desafiante.
En tono de broma, señaló una simetría con el primer retrato presidencial, el de George Washington: Ahora empieza y termina con un George W. Haciendo referencia a que el retrato de George Washington fue salvado por la primera dama Dolley Madison cuando los ingleses incendiaron la Casa Blanca en 1814, Bush señaló hacia su retrato y le dijo a Michelle Obama que si algo sucede, éste es el que hay que rescatar.
La reunión dejó de lado cualquier retórica de campaña, como ha ocurrido en otras reuniones entre presidentes actuales y pasados, para honrar la nostalgia y el servicio del ex presidente y su esposa, Laura.
Obama agradeció a Bush por su servicio al país y dijo que se necesita a alguien que ha fungido como presidente para entender los retos que enfrenta el ocupante de la Casa Blanca.
En este trabajo, ninguna decisión que llega a tu escritorio es fácil, no hay elección sin costo, no importa cuánto te esfuerces, no vas a hacer felices a todos, dijo Obama. Creo que eso es algo que el presidente Bush y yo aprendimos bastante rápido.
Lo que es más, le dijo a Bush, me dejaste un muy buen paquete deportivo en la televisión… Yo lo uso.