Bush vacila, pero Kerry no avanza mucho

Bush vacila, pero Kerry no avanza mucho

Crecen alarmantemente las dudas, tanto dentro de los Estados Unidos como fuera, acerca de la capacidad del presidente Bush de llevar a buen puerto el barco nacional sobre todo a la luz de lo que cada vez aparece más como el fiasco iraquí. Resulta sin embargo preocupante para los predios Demócratas que esa pérdida de confianza en Bush, no se está traduciendo en ganancia efectiva para su contrincante, el senador John Kerry.

Esto es así porque contrario a lo que parece ser una «marca de fábrica» entre los Demócratas, es decir, su oposición creciente a todo lo que tiene que ver con la presencia norteamericana en Irak, no es una carta que el senador Kerry pueda jugar completamente, ya que él fue uno de los Demócratas importantes en apoyar la decisión de Bush de intervenir militarmente en Irak. Eso lo pone en situación bastante incómoda cada vez que tiene que tratar esa temática.

Pero lo más preocupante para sus estrategas es que esa falta de diferenciación en cuanto al Irak, es lo que provoca que aunque Bush pierda puntos, Kerry no los gana. Así, Kerry apoya el envío de un mayor contingente armado, lo que, desde un punto de vista militar debe tener sentido, pero no se corresponde con la oposición creciente del electorado con la idea de permanecer todavía por tiempo indefinido en Irak. Kerry incluso cree en la necesidad de que permanezca en ese país un procónsul norteamericano que ejecute sin esperar siempre que la ONU apruebe. O sea que, diferencias no se ven muchas en ese punto. Y eso no es bueno, a menos de 6 meses de las elecciones, sobre todo cuando se constata que contrario a las previsiones, la candidatura de Ralph Nader concita un respaldo por encima de lo saludable para la candidatura de Kerry.

Soy de los que han estado creyendo, y sigo en eso, que Nader finalmente se retirará de la contienda. Ni siquiera para un político en fase terminal como Nader es saludable terminar su carrera como «facilitador» de una segunda victoria presidencial Republicana. Las cosas, sin embargo, comienzan a complicarse por lo de Irak, que definitivamente es un tema que le amarga la vida a cualquiera en este país y según parece no solamente al gobierno.

Nader recibió recientemente el endoso del partido Reformista que fundara Ros Perot y que tanto contribuyera a la derrota del Bush mayor frente a Bill Clinton. Esa es la plataforma a una alianza de libertarios, sin el signo ideológico tradicional, es decir, derecha-izquierda, sino de quienes buscan, a toda costa hacer oír la voz de una minoría que si bien no es capaz de ganar unas elecciones frente a los dos grandes partidos, si es capaz de hacérsela perder a uno de ellos.

Claro, si Kerry fuera tan «europeizante» como lo pretenden muchos Republicanos (lo dicen como acusación no como elogio), buscara una vía de negociación con esa minoría que representa Nader. Pero el sistema partidario norteamericano, extremadamente bipolar, nunca ha dejado espacio para la negociación con fuerzas terceras. Quien sabe si a la luz de los peligros electorales que encierra el Irak, irónicamente para los dos principales candidatos, Kerry se decide a buscar el apoyo de Nader y de la creciente Aizquierda@ Demócrata. Lo malo es que ese tipo de acuerdos conlleva concesiones hasta de forma. Así, si bien Kerry es considerado un candidato «ecologista» (las organizaciones defensoras del ambiente le han puesto muy buena nota al senador de Massachussets) )qué podría costarle dejarle el protagonismo en esa materia a un hombre como Nader, cuya razón de ser política es por naturaleza ecológica, pues como se recuerda, en las elecciones del 2000, fue candidato del partido Verde?

Esa inseguridad que rodea al candidato Demócrata, es lo que puede determinar que quien le acompañe en la boleta sea más atrayente de lo que normalmente se espera en un candidato vicepresidencial. De hecho, generalmente la misión de un segundo al mando es esa, secundar, no protagonizar. Y realmente hasta que la situación de Irak no tomara sus ribetes problemáticos de «callejón sin salida» o con salida muy complicada, el atractivo de Kerry era suficiente para vulcanizar el fuerte sentimiento anti Bush del electorado Demócrata.

Es así que esa candidatura deviene tan importante. Ya no se trata solamente de encontrar al acompañante ideal para contrarrestar al actual vicepresidente Richard Cheney, sino también de contribuir a debilitar la figura de Bush. En ese contexto, y respondiendo a ese cuadro, ya no son tantos los posibles y no pienso que Kerry necesite, por ejemplo, al ex general Wesley Clark, cuyas credenciales son esencialmente militares.

Alguien como el novicio senador de Carolina, John Edwards, quien enfrentara con relativo éxito al mismo Kerry por la nominación Demócrata podría ser un buen acompañante. Su arma principal es su capacidad oratoria y su facilidad para polemizar. Frente a Cheney seria un adversario temible, mientras que por el otro lado, por haberse opuesto, tanto a la invasión de Irak, como a los 87 mil millones de dólares que pidiera el presidente Bush para mantenerla, responde bastante bien al sentimiento prevaleciente hoy entre los Demócratas.

Se ha dejado oír igualmente, un ticket bipartidario, o sea, Kerry presidente, John McCain, el senador Republicano, vicepresidente. No deja de tener su atractivo, porque puede atraer una parte del electorado Republicano disgustada con la administración Bush y, sobre todo, a una fracción del electorado independiente con la que quiere contar Nader. En cierta forma, sería para Kerry, a través de McCain, golpear a la derecha y a la izquierda del espectro político. )Quién sabe? Mientras tanto, lo que si está claro es que la candidatura de John Kerry no es lo suficientemente fuerte para dejarle a él solo la selección de su vicepresidente.

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