WASHINGTON (AFP).- Una batalla sin cuartel libran el presidente George W. Bush y su adversario demócrata John Kerry, que no se perdonan el menor error, cuando faltan tres meses y medio para las elecciones del 2 de noviembre en Estados Unidos.

   El equipo de campaña de Bush se indignó con las declaraciones hechas por algunos artistas la semana pasada durante una fiesta en Nueva York destinada a reunir dinero para Kerry.

   El director de la campaña de Bush, Ken Mehlman, reclamó a los demócratas una copia del video de la velada, a la que calificó de «orgía de odio», prometiendo que no utilizaría extractos de esa grabación en los comerciales televisivos republicanos.

   Durante la reunión, la actriz Whoopi Goldberg -conocida por hablar sin tapujos- hizo un juego de palabras entre Bush y «bush», que además de significar «arbusto» vulgarmente se usa para referirse al sexo femenino.

   «He pedido a su campaña la difusión del espectáculo que representa según el senador Kerry el »corazón y alma» de Estados Unidos», escribió Mehlman en una carta dirigida a la directora de campaña demócrata, Mary Beth Cahill.

   «¿Es que la mayoría de los estadounidenses creen verdaderamente que tratar al presidente de »golfo» y »asesino» representa el »corazón y alma» de nuestro país?», preguntó Mehlman.

   La respuesta de Cahill, que había asegurado al día siguiente de la gala que Kerry «no aprobaba algunas de las declaraciones hechas» durante la ceremonia, no se hizo esperar.

   «Consideramos fuera de lugar su indignación y su obsesión parecida a la de los paparazzi», escribió en una carta pública, en la que contraatacó reclamando hacer públicos varios documentos sobre el servicio militar de Bush, la empresa petrolera Halliburton (que fue dirigida por el vicepresidente Dick Cheney y obtuvo millonarios contratos en Irak sin licitación) y la forma de interrogar a los prisioneros en Irak.

   «No responderemos a su pedido en tanto que la campaña de Bush y la Casa Blanca no hayan hecho públicos esos documentos», agregó.

   Este intercambio es el reflejo de una campaña electoral que se tornó más agria después que Kerry eligiera la semana pasada como compañero de fórmula a John Edwards y tocara uno de los temas favoritos de Bush, el de los valores.

   El enfrentamiento entre ambos candidatos es cerrado y según los expertos se juega en una estrecha franja del electorado, que no está alineado con ninguno.

   En un viaje electoral esta semana, Bush criticó los elogios de Kerry a los artistas y comediantes que participaron en la gala, destacando que los auténticos valores eran los del Estados Unidos profundo y no los de Hollywood.

   «El vino aquí al centro-oeste estadounidense y dijo que era el candidato de los valores conservadores», se ofuscó Bush al hablar de su adversario. «El senador Kerry es considerado como el miembro más izquierdista del senado estadounidense», dijo, deseoso de preocupar al electorado centrista.

   Kerry y Edwards se presentan como depositarios de los «valores estadounidenses», y afirman que «los combates realizados por la administración actual no representan los valores de Estados Unidos».

   «Los valores no son sólo palabras», declaró Kerry. «Los valores son realidades que vivimos, (están) en las elecciones económicas, en las personas que elegimos ayudar, en las cosas que hacemos», agregó.