Bush y Kerry confrontan sus ideas sobre guerra Irak

Bush y Kerry confrontan sus ideas sobre guerra Irak

POR JAMES BENNET
WASHINGTON –
El Presidente George W. Bush dijo a los votantes en Minnesota el jueves que «hay actos de violencia» en Irak pero «este país está encaminado hacia la democracia».

El senador John Kerry dijo a la Asociación de la Guardia Nacional, reunida en Las Vegas, que Bush vivía en «un mundo de fantasía», y que «con cada día que pasa, estamos viendo más caos, más violencia, más asesinatos indiscriminados» en Irak.

Como es usual, ninguno de los dos hombres tuvo mucho que decir sobre lo que parecería un desafío conectado: cómo llevar a su fin al conflicto en Irak.

Esta campaña presidencial en Estados Unidos tiene una pasión por la letra chiquita, desde los historiales precisos de servicio militar de los candidatos hasta las posiciones exactas que han asumido, y ajustado, a través de los años.

Pero cuando se trata de una prueba de política exterior superior que enfrentará el próximo presidente, Bush y Kerry han dicho poco más que cada uno terminará la guerra de la manera correcta y su oponente no.

En términos de políticas presidenciales, lo confuso del debate ha funcionado hasta ahora en favor de Bush, dicen estrategas políticos. Ha tenido éxito en enmarcar la guerra de Irak como parte de una guerra mayor contra el terrorismo, mientras que Kerry enfrenta límites impuestos por sus propias decisiones pasadas, incluido su voto para dar al presidente autoridad para usar la fuerza en Irak al principio.

Pero en términos de debate público, una oportunidad de aclarar los medios y objetivos de una guerra estadounidense podría haberse perdido.

La vaguedad se origina en parte en las realidades militar y diplomática, la elusividad de cualquier solución rápida. Y se origina en parte en los obstáclos que enfrentaría cualquier retador que trate de encontrar un tema de campaña en una crisis externa.

«Es algo muy difícil hablar a favor de ambos por diferentes razones», dijo Matt Bennett, consultor democrático. «En favor de Bush, porque es un riesgo, y en favor de Kerry porque es difícil determinar qué decir».

Dijo que Kerry estaba «encajonado por la realidad de que no quiere prejuzgar una situación para la cual no tiene la información, o pudiera ser atacado» por la prensa.

Scott Reed, estratega republicano, dijo que al transferir la soberanía a los iraquíes en junio y avanzar ahora hacia alguna forma de elecciones en enero, Bush se distanció del conflicto. «Pienso que esa ha sido una estrategia astuta», dijo. «Aunque el torrente constante de malas noticias procedentes de Irak está desgastando a la gente, parece que fueran problemas iraquíes».

Al concebir una salida de Irak, cada candidato ofrece un mapa de ruta menos detallado que una flecha en la arena. Como hace a menudo, Bush fusionó las misiones en Irak y Afganistán el jueves, diciendo a su público en St. Cloud, Minnessota: «Les ayudaremos a celebrar sus eleccions, los pondremos en el camino de la estabilidad y la democracia tan rápidamente como sea posible, y luego nuestras tropas regresarán a casa con el honor que se han ganado».

El miércoles, en un raro acontecimiento, un candidato fue presionado para que diera detalles. El locutor de radio Don Imus preguntó a Kerry cómo alcanzaría su objetivo declarado de salir de Irak en un primer mandato. Kerry dijo: «El plan se complica más cada día» debido a la confusión ahí.

Dijo que convocaría «inmediatamente a una reunión cumbre de la comunidad europea», buscaría más ayuda de los aliados y aceleraría el adiestramiento de las tropas iraquíes. A más preguntas, Kerry dijo: «Lo que todos en Estados Unidos deben estar haciendo hoy no es preguntarme a mí. Deben estar preguntando al presidente »»»»¿cuál es su plan?»»»»»

Imus dijo: «Le estamos preguntando a usted porque quiere ser presidente».

Kerry respondió: «No puedo decirlo qué voy a encontrar en el terreno el 20 de enero».

Durante las contiendas presidenciales en dos guerras anteriores -en 1952, durante la guerra de Corea, y en 1968, durante la Guerra de Vietnam- el debate también fue confuso. «Hay una línea recta de 1952 a la actualidad, pasando por 1968», dijo Douglas C. Foyle, científico político en la Universidad de Wesleyan quien está escribiendo un libro sobre el efecto de las campañas en la política exterior. «Nadie tiene una respuesta y nadie está siendo muy específico».

El general Dwight D. Eisenhower ganó en 1952 después de ofrecer sólo la más difusa de las alternativas. Justo antes de la elección, prometió que, si era elegido, se «concentraría en la tarea de poner fin a la Guerra de Corea», y añadió: «Debo ir a Corea». Dejó bastante abierta la cuestión de qué podría hacer ahí.

En 1968, Richard M. Nixon prometió «poner fin a la guerra y ganar la paz». Ofreció pocos detalles más allá de uno que tiene un eco en la campaña de Kerry actualmnte: una promesa para acelerar el adiestramiento de los aliados estadounidenses locales, las tropas sudvietnamitas.

«Fue muy evasivo al respecto», dijo Kenneth L. Khachigian, un veterano estratega republicano que, a los 23 años, fue investigador para Nixon en 1968. «No quería restringir sus opciones». Khachigian señaló que Nixon tenía un ventaja importante sobre Kerry: podía sentarse y dejar que los oponentes demócratas de la guerra la atacaran a ésta y a su rival, el vicepresidente Hubert H. Humphrey.

Los asesores de Kerry dicen que él planea presentar pronto una propuesta más detallada para poner fin al conflicto. Para ser creíble, debe abordar las inquietudes de los votantes sobre la guerra, dicen, aunque creen que asuntos internos como la atención médica son políticamente más efectivos para él.

Los críticos de Kerry dicen que su cautela aviva una percepción de que está siendo evasivo. Pero tiene verdaderos «incentivos para ofuscarse», dijo Peter Feaver, científico político de la Universidad de Duke, incluyendo preocupaciones de que un nuevo ataque contra Estados Unidos o un repentino cambio en Irak pudieran hacer que comprometerse con una propuesta específica ahora parezca erróneo después.

El grueso de los simpatizantes de Bush en el conflicto de Irak tienen razones similares para respaldarlo, mientras que sus críticos difieren en cuestiones fundamentales como si es una buena guerra mal combatida o una empresa equivocada desde el principio. «Sus declaraciones sobre Irak, si es preciso, terminan ofendiendo a una u otra ala», dijo Feaver de Kerry.

Kerry también se ve entorpecido por su voto para autorizar al presidente a ir a la guerra y su acuerdo con Bush en que apartarse ahora envalentonaría a los enemigos de Estados Unidos. De manera que está tratando de desafiar a Bush en cuanto a su manejo de la guerra y su honestidad al hablar sobre ella.

Kerry se presenta como el más capaz para sacar a Estados Unidos de esa situación. Está insistiendo no en la estrategia en general sino en las tácticas, las cuales quizá no ofrezcan el agudo contraste que él quiere.

Incluso las declaraciones de Kerry de reclutar más aliados lo ha expuesto a un ataque implícito de parte de Bush, quien rutinariamente dice, como hizo en St. Cloud, que «nunca pondré las decisiones sobre la seguridad nacional de Estados Unidos en manos de los líderes de otros países».

Kerry también está atrapado en una caja más grande: su acuerdo esencial con la visión de Bush de la amenaza terrorista mundial.

Ahora, a Kerry le gustaría aislar Irak de Afganistán y la lucha mayor contra el terrorismo, mientras que Bush quiere conectarlos. A Kerry le gustaría conectar la guerra en Irak con los problemas dentro de Estados Unidos -«Es erróneo estar abriendo estaciones de bomberos en Bagdad y cerrándolas en Estados Unidos», dice- mientras que Bush quiere mantenerlos separados.

La tarea de la oficina d campaña de Bush ha sido más fácil debido a la política que acompaña a una lucha contra el terrorismo, en la cual la amenaza parece tan real y cercana como la próxim visita al centro de la ciudad pero el enemigo es espectral.

Bush consistentemente fusiona la guerra de Irak con la lucha más amplia. «Se está combatiendo a enemigos terroristas en Irak y Afganistán y en todo el mundo de manera que no tengamos que enfrentarlos aquí en casa», dijo en la convención de la Guardia Nacional el martes.

David Axelrod, estratega demócrata basado en Chicago, dijo que al relacionar los conflictos en Irak y contra el terrorismo, los republicanos estaban haciendo de los ataques a la política en Irak «un signo de debilidad en la guerra contra el terrorismo».

«Al expresarlo en ese contexto tratan de poner el escudo protector alrededor de sí mismos y usar la energía negativa contra uno», dijo, y añadió que la guerra de Irak realmente podría haber envalentonado a los terroristas. Dijo que la estrategia republicana podría aún ser sometida a «una prueba amarga» porque «la situación en Irak parece estar empeorando».

Kerry está tratando de convencer a los electores de que, debido a lo costos de la guerra en Irak, Bush los ha obligado a sacrificarse sin pedírselos explícitamente, gastando unos 200,000 millones de dólares en una empresa extranjera en vez de en las necesidades en casa.

Para que ese mensaje tenga efecto, los votantes deben aceptar primero su premisa de que, no obstante su propio voto, la guerra en Irak fue un error.

Eso explica por qué Bush y sus asociados pasan mucho más tiempo justificando la entrada a la guerra que señalando una salida.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas