Hoy 
POR UBALDO GUZMAN MOLINA
El coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó diseñó un plan para romper el cerco durante la batalla de hotel Matún, de la que hoy se conmemora el 39 aniversario, a fin de internarse en la ciudad de Santiago, dijo Evelio Hernández, comandante constitucionlista que estuvo en ese lugar.
Explicó que la batalla donde murió el coronel Juan María Lora Fernández, buscaba eliminar a los líderes de la guerra de abril de 1965, sobre todo, al coronel Caamaño Deñó.
En las primeras horas de la mañana llegaron el coronel Caamaño y la comisión de civiles y militares que participarían en la misa y en la ofrenda, entre ellos Euclides Gutiérrez Félix, Rafael Kasse Acta y Hugo Tolentino Dipp.
Narró que llegaron a la iglesia Nuestra Señora de la Altagracia, donde celebraron la misa en recordación del coronel Rafael Fernández Domínguez, quien murió en el asalto al Palacio Nacional, el 19 de mayo durante la revolución del 1965.
Dos francotiradores ubicados en la azotea de un edificio próximo al cementerio comenzaron a disparar contra la multitud reunida en el camposanto.
Los constitucionalistas entraron en acción rápidamente y enviaron hombres para detener a los francotiradores.
En la escapada, uno de ellos dejó un fusil Fal, que fue tomado por el ex combatiente Víctor Bisonó, relató.
Cuando llegaron al Matún fueron advertidos de que varios camiones militares se acercaban al hotel y Caamaño pidió mantener la calma.
Luego de hacer algunos disparos, Caamaño y Manuel Ramón Montes Arache comenzaron a tomar posiciones defensivas.
Los militares avanzaban sin detenerse, pero fue a último momento que los constitucionalistas respondieron el fuego, iniciándose una balacera que costó la vida a decenas de militares y luego atacaron con armas pesadas y tanques de guerra.
Una comisión yanqui de la Fuerza Interamericana de la Paz (FIP) se presentó al hotel después del medio día y trató de hablar con Caamaño, quien se negó, alegando que no dialogaría con interventores.
La comisión estaba acompañada por el capitán Cuqui Marte Pichardo, a quien Caamaño amonestó por andar con un uniforme del ejército norteamericano.
Caamaño se opuso a dejar salir al cónsul norteamericano, por lo cual se retiró la comisión de la FIP, reiniciándose de nuevo el tiroteo.
Recordó que el presidente Héctor García Godoy quería que Caamaño fuera de los primeros en llegar a Santo Domingo, pero que se opuso, advirtiendo que hasta que no se evacuara el último hombre, no abandonaría el lugar.
Consideró que en esa batalla jugaron un papel estelar, Manuel Ramón Montes Arache, Juan María Lora Fernández, Héctor Lachapelle Díaz y Claudio Caamaño. Indicó que los rebeldes no tenían información de que serían atacados.
«Si nosotros hubiésemos tenido información, quizás no hubiésemos ido o hubiéramos estado mejor preparados. Nos agarraron de sorpresa y las sorpresas son peligrosas», sostuvo.
La batalla del hotel Matún todavía hace falta hacerla conocer, argumentó, tras considerarlo un hecho muy importante y que trascendió internacionalmente.
Del bando de Caamaño murieron cinco combatientes y del otro más de 200. En el hotel había entre 30 ó 40 personas entre militares y civiles.
«Después del cese del fuego, a las 3:00 Ó las 4:00 de la tarde, Manolo Bordas fue herido. Se estaba negociando para viajar a la capital. En la noche tuvimos que hacer servicio y así lo hicimos. Los militares estaban dispuestos a hacer lo que fuera», recordó.
Declaró que cuando terminó la guerra, el extinto presidente Juan Bosch quería que los hombres que sobresalieron en la revolución, tanto militares como civiles, visitaran algunos pueblos.
La primera visita se hizo a San Pedro de Macorís, donde estuvieron Caamaño, Montes Arache y él. Se presentaron con armas largas y la gente se lanzó a la calle.
Dijo que la FIP le mandó una protesta a Bosch, lo que provocó que no fueran a Santiago bien preparados.
Sostuvo que Norge Botello y Diómedes Mercedes tomaron el control de Radio Guarachita, para evitar una masacre en el hotel Matún.
