Es demasiado evidente para ser ignorada la tendencia de un sector de la sociedad dominicana a maquillar las imágenes de Rafael Trujillo, de Joaquín Balaguer y de algunos personajes que sirvieron incondicionalmente al despotismo que sufrió República Dominicana bajo sus gobiernos.

Trujillo disfruta de páginas enteras en la prensa dominicana que se constituyen en recordatorio semanal de aquella época de ceremoniales con frac y muertos sin tumba, fiestas elegantes en Palacio y harapos en las salas de torturas. Escribir sobre Trujillo o sobre Balaguer parece ser un negocio lucrativo en el que nadie se incrimina. Nadie admite en esas obras la realización de torturas ni asesinatos aunque los cadáveres abunden.

Los libros sobre El Jefe disfrutan de premios con tan solo publicarlos y las ediciones de relatos embellecidos sobre su vida son vendidas al gobierno en cantidades enormes para que nunca sean leídos. ¡Suerte ha tenido Trujillo que algunos prestigiosos historiadores dominicanos dibujen una imagen maquillada de su tiranía para que quede como la verdadera memoria! Escriben ahora confiando en que los huérfanos y las viudas de aquellas víctimas no puedan responderles.

Los que todavía creemos en un futuro mejor para el pueblo dominicano y rechazamos la corrupción histórica, preferimos recordar y reverenciar a aquellos que dieron su vida combatiendo la tiranía de Trujillo y el despotismo de Balaguer. Fortalece nuestra esperanza el darnos cuenta de que mientras en República Dominicana exaltan a los tiranos, una figura como Caamaño es reclamada por latinoamericanos y europeos que lo dimensionan como realmente le corresponde.

La editorial “Capital Intelectual” prepara una nueva colección de doce libros que se llamará «Los Otros Militares». Ellos editan la versión de Le Monde Diplomatique en español y sirven de base para ediciones de libros para América Latina. En esa serie estarán representados, entre otros, Perón, Torrijos, Seregni, Prats, Bachelet, Velasco Alvarado, Arbenz, Torres y Caamaño. El autor de este artículo fue invitado a escribir el libro sobre el héroe dominicano.

La idea de “Capital Intelectual” es que esta colección divulgue la existencia y el desarrollo de la acción de hombres de armas que han tenido un signo distinto al que habitualmente se adjudica a las instituciones militares en nuestro continente. “Se ocupará de estudiar movimientos e individuos cuyo accionar se haya desarrollado al margen del establishment y del poder, dominante a nivel local y hegemónico a nivel internacional.

Se prestará especial atención a los procesos políticos en los que estos movimientos y personajes hubieran estado involucrados, así como los resultados de su accionar en términos de modificación de la realidad en curso. De la misma manera, estudiaría la rearticulación de vínculos entre las fuerzas armadas, la sociedad y el sistema político.” No serán esas obras estrictamente biografías, sino ensayos sociopolíticos que ayuden a entender “por qué” y “para qué” esos militares actuaron a contrapelo del establishment.

De la misma manera, el académico irlandés Fred Halliday, ha invitado para que, en conjunto, publiquemos una obra sobre la estancia del ex presidente coronel Francisco Caamaño Deñó en Europa mientras se desempeñaba como Agregado Militar de la Embajada dominicana en Londres. Ese período de 19 meses fue históricamente importante porque marcó la transición política e ideológica del líder de las fuerzas constitucionalistas que lucharon contra la invasión de Estados Unidos hasta convertirse en un combatiente revolucionario.

Se dispone ya de documentos de los organismos militares y de relaciones exteriores de los gobiernos británico y estadounidense. También se ha recopilado el material publicado en libros, periódicos y revistas dominicanas. La obra enfocaría la estancia de Caamaño en Londres con tanta importancia, como la que tuvieran el venezolano Francisco de Miranda entre 1788 y 1805, y Simón Bolívar y José de San Martín entre 1809 y 1811. El libro, a editarse en inglés y español, podría titularse “Caamaño en Londres”.

Y así se da la paradoja de que mientras el poder político dominicano exalta a Trujillo y a Balaguer, por lejanas tierras de América y Europa reclaman la difusión del ejemplo de “otros militares” como Francisco Caamaño Deñó. Por eso resulta interesante mostrar esta contradicción un 16 de febrero, cuando se conmemora otro aniversario del asesinato de Caamaño  a manos del gobierno de Joaquín Balaguer.