POR LLENNIS JIMÉNEZ
El Ayuntamiento del Distrito Nacional derribó ayer el comedor Zants Pollo, al comprobar que era reparado y que volvería a operar con las deficiencias que ocasionaron la explosión de un cilindro de gas propano el pasado 14 de diciembre, por la que 15 personas resultaron quemadas, de las que tres fallecieron.

El kiosko estaba siendo adecuado para funcionar en el estacionamiento y el área verde de la Plaza Bolívar, en la avenida Rómulo Betancourt esquina Caonabo, sector El Renacimiento.

El establecimiento carecía de tuberías para la salida del agua que se sacaba de la cocina y de sanitarios.  Una llamada de un vecino alertó a las autoridades del Ayuntamiento, ante el intento de los propietarios del negocio de volver a abrirlo a un mes del siniestro que ocasionó daños a varios establecimientos de la plaza.

Personal de la unidad de Defensoría del Espacio Público se presentó a las 9:00 de la mañana con un contingente policial y de agentes municipales, para proteger a los obreros que demolieron el local levantado en block y retirar las maderas con las que sería techado. Ocupaba un espacio de apenas cinco metros y 50 centímetros de largo por cinco metros y 20 metros de largo.

El comedor tenía la conexión del gas en la acera y la válvula del cilindro junto al poste del tendido eléctrico, explicó el coordinador de demoliciones de Defensoría del Espacio Público, Nelson Guerrero.

El hollín dejado por el humo se hacía más intenso a medida que caían las paredes, de las que también salían roedores.

Los asientos que usaban los clientes estaban al lado del teléfono público.

El cabildo incautó los equipos de cocina que se usaban al momento del incendio, los que al parecer, serían limpiados para utilizarlos. De acuerdo a empleados del cabildo y del Cuerpo de Bomberos, no se sabe quién respondió por la muerte de las tres personas y de los lesionados, algunos con quemaduras muy graves.

Aunque durante la tragedia se dijo que el dueño del kiosko era Manuel Santos, este miércoles, mientras era derribado el local nadie actuó en representación del comedor que provocó la quemadura de segundo y tercer grados de Fabián Díaz, Cristian Rodríguez, Sandy Morillo, Juan Luis Mota, Rafael Abréu, Ramón Aníbal Soler.

También, a Edgalín Padilla, Mildred Pérez, Ulises Heredia, Josefina Adames, Julio Estévez, Isaura Mota, Elio de la Cruz, Cristian de la Cruz, Carlos Manuel Magallanes y Juan Carlos Soler.

Existía una especie de temor en la gente y se evitaba dar detalles de lo acontecido. Los curiosos decían no saber de quién es el negocio, el tiempo que tiene funcionando, ni identificar a los que ordenaron su  restablecimiento.

Los dependientes del licor store “La Beba”, que es el más cercano al kiosko por lo que resultó con el techo afectado y mercancías quemadas, se negaron a hablar del fatídico 14 de diciembre a las 11:30 de la mañana.

Algunos se acercaban a observar la edificación caer y al hacerlo, hablaban del buen sabor de la comida que se preparaba, pero sin entrar en detalles.