Cada paso fue un reclamo, un grito de indignación

Cada paso fue un reclamo, un grito de indignación

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Cada paso a paso fue un basta ya. Un grito, un reclamo… una manera de decir aquí estamos y no pensamos echar atrás: queremos y exigimos que las cosas cambien en la República Dominicana, ¡estamos cansados de tanto engaño, tanto hurto, tanta impunidad y tanto atraso!
Masiva y cívica, la protesta del domingo pasado fue el reclamo de una sociedad que ya no aguanta más y espera que la ley comience a funcionar de una vez por todas. ¡Es tan duro escuchar que el país vuelva a ocupar una posición privilegiada entre los más corruptos: tuvo una puntuación de 31 sobre 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2016, lo que lo colocó en el lugar 120 de 176 naciones.
Estar ahí y tener tan baja puntuación es sinónimo de que somos un país con una impunidad generalizada, gobernabilidad deficiente, instituciones frágiles y una escasa división de los poderes públicos, según el informe que fue presentado ayer por Participación Ciudadana, que es el capítulo dominicano de Transparencia Internacional.
El informe puede traducirse en nombres propios: Odebrecht, Tucano, Oisoe, Inapa, Dican, entre otros casos que nos han ocupado y se han quedado en nada. Y es que las juicios por corrupción se quedan en archivos y no ha lugar que han favorecido a grandes personajes como Víctor Díaz Rúa y Félix Bautista.
Cada decisión de los tribunales, así como el dinero que se ha desviado de las arcas públicas, ha significado una traición a los dominicanos. Por eso miles de nosotros decidimos salir el domingo pasado y marchar. Al hacerlo, quisimos enviar un claro mensaje al Gobierno y a las autoridades judiciales: ¡ya no más!

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