Cada temporada, a escribir la misma historia

Cada temporada, a escribir la misma historia

Mientras la pelota gire,  la vida sigue. Aunque algunos se queden en el camino, y no puedan ir más allá de la primera etapa, el mundo seguirá con los que han logrado llegar a puerto.

La lucha por sobrevivir es ardua. Hay dar todo de sí para conseguirlo. Bien lo saben quienes ahora miran hacia arriba, descubriendo en el gris del firmamento una tragedia, y entienden que nueva vez llegaron los tiempos en los que deberán correr contrarreloj para que el Ozama no se los lleve de encuentro. Es triste que cada año, ante una nueva temporada o cualquier fenómeno atmosférico de cierta importancia, tengamos que volver la mirada sobre esas casuchas que vemos al ras de río y que descubrimos, si alguna vez decidimos llegar hasta ellas, como el punto máximo de la pobreza.Tantos anuncios, proyectos e intenciones de sacar a la gente de ahí para llevarla a un lugar seguro y, al final, tanta nada. ¿Por qué jamás pasamos del efecto mediático?

Lo mismo pasa con el drenaje. Cada aguacero nos convierte en Venecia, sin góndolas ni romanticismo, y nos obliga a encomendarnos cada segundo a Dios. Para encomendarse está, sin embargo, el director de Prisiones, Manuel de Jesús Pérez Sánchez, quien ha demostrado que tiene todos los números ganados con el santo que más proteja (el que sea): a pesar del asesinato de Alex El Pelotero en La Victoria o la muerte de un prisionero en Najayo, tras un motín, todo sigue igual.

Ahora toca ver qué pasará en Prisiones cuando se investigue por qué el martes pasado dejaron a Frederick Medina Abud tirado en el Palacio de Justicia, desde donde tuvo que pedir una bola para llegar a la cárcel de Najayo.

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