Cadena de ataques deja 94 muertos Irak

<p>Cadena de ataques deja 94 muertos Irak</p>

Bagdad (EFE).- Al menos 94 personas murieron ayer en ataques y enfrentamientos en Bagdad y otras zonas de Irak, el mismo día en que el gobierno instó a superar las diferencias para acabar con la violencia que sacude el país.

El que dejó el mayor número de muertos se registró en la ciudad de Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar, al oeste del país, donde un total de 50 presuntos rebeldes murieron y otros 20 fueron detenidos en enfrentamientos con milicias pro gubernamentales de clanes suníes, informó la televisión oficial Al Iraquiya.

La emisora, que cita un comunicado del jeque Abdel Satar Abu Risha, líder del denominado “Consejo de clanes para la salvación de Al Anbar”, que agrupa a estas milicias, indica que los muertos se produjeron cuando miembros de esa organización repelieron un ataque lanzado por hombres armados en el barrio de Al Sufía.

Abu Risha afirmó que durante los tiroteos murieron, además, ocho miembros de su clan y fueron incendiados 35 vehículos que supuestamente usaron los insurgentes en el ataque.  También, en la convulsa Al Anbar, el mando estadounidense anunció hoy que el sábado fueron hallados los cadáveres de 10 estudiantes y un hombre en una zona desértica próxima a la localidad de Al Haqlaniya.

Todos esos cuerpos, que tenían señales de haber sido torturados, fueron encontrados junto a un minibús incendiado, precisaron fuentes locales de seguridad.

Por otra parte, el ejército estadounidense anunció en un comunicado que sus tropas mataron hoy a cuatro supuestos miembros de la red terrorista Al Qaeda durante una redada que lanzaron cerca de Baquba, a 65 kilómetros al noreste de Bagdad.

En la operación, además, fueron detenidos otros 11 presuntos miembros de Al Qaeda, se indica en la nota, en la que se añade que asimismo fueron decomisadas varias armas. En otra nota el mando norteamericano informó hoy de que cuatro soldados murieron ayer, sábado, en ataques y atentados en las provincias de Diyala y Al Anbar, consideradas dos feudos de la resistencia árabe suní.

En la capital, la televisión iraquí “Bagdad”, informó de que cuatro civiles fallecieron por la explosión de varios proyectiles de mortero que impactaron en el barrio de mayoría suní de Al Ghazaliya, en el oeste de la capital.

La emisora, propiedad del Partido Islámico de Irak (PII), el más importante de los árabes suníes del país, indicó también que un numero indeterminado de iraquíes fallecieron y resultaron heridos en un ataque lanzado por un grupo armado contra el área suní bagdadí de Al Adel.

La espiral de violencia se expandió también al sur del país ya que seis iraquíes perdieron la vida por la explosión de un coche bomba en un mercado popular en la localidad de Al Haswa, a 55 kilómetros al sur de Bagdad, según aseguraron portavoces locales de la policía.

El estallido causó, además, heridas a otras 22 personas, señalaron las fuentes, que precisaron que tres vehículos civiles y varias tiendas del mercado han sufrido daños por el ataque.

Asimismo, dos concejales de la ciudad de Yabla, provincia de Babel, situada al suroeste de la capital, fueron asesinados a tiros por desconocidos, tras sacarlos del coche en que viajaban, indicaron fuentes de seguridad.

Más al sur, en la meridional ciudad portuaria de Basora, a 550 kilómetros de Bagdad, cinco miembros de una misma familia suní, murieron tiroteadas en su vivienda por un grupo armado.

Esta cadena de actos sangrientos se produce en el marco de la violencia sectaria que sacude el país y que se ha incrementado en los últimos días después de que el jueves varias explosiones en el barrio chií de Ciudad Sadr, al este de la capital iraquí, acabaron con la vida de 200 personas y causaron heridas a otras 250.

Además, esta jornada de violencia coincide hoy con el llamamiento hecho esta mañana por el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, a los dirigentes políticos de su gobierno para que superen las diferencias que los separan si desean acabar con la violencia que ensangrenta el país.

Maliki, en declaraciones a los periodistas, insistió en que la crisis que atraviesa el país “es política y quienes pueden detener el deterioro de la seguridad y el derramamiento de más sangre de inocentes son los políticos”.

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