SANTIAGO. Los Tigres del Licey frenaron su racha negativa en seis derrotas y se impusieron  a Las Aguilas Cibaeñas 7 por 5, quedándose solos en la cuarta posición del standing del  torneo de béisbol dominicano 2010-11, dedicado a José Lima.

Ahora, los azules tienen 6 triunfos y 9 derrotas, mientras que las Aguilas, que anoche dejaron 14 hombres en circulación,  llevan 5-10 en el quinto puesto y los Gigantes, que perdieron dos  ante las Estrellas, llevan 4-10, rompiéndose así el triple empate en la cola del torneo.

El partido se definió en la novena entrada cuando Reggie Abercombrie, quien anotó  cuando el lanzador Josh Judy (0-1) tiró mal a la inicial al recoger un toque de sacrificio de Engel Beltré, que  en la jugada llegó a segunda, pasó a tercera  por rodado al campo corto de Bernie Castro y anotó detrás  de un fly  de sacrificio Anderson Hernández.

Como es tradición en sus enfrentamientos, Aguilas y Tigres  dieron otro partido lleno de alternativas en la pizarra   y colorido  en la entrega de sus jugadores para obtener la victoria. Por los Tigres abrió el derecho Jorge Sosa, que se marchó luego de  4.1 entradas de 4 carreras  y ocho hits, una transferencia y ponchó a tres. Le sustituyeron en el box Henry Villar (5), Esmerlin Jiménez (5), Adalberto Méndez, (5), Atahualpa Severino (6), Víctor Marte (6), Carlos Pérez (7) y Onelis Pérez (8), que se anexó el triunfo

John Halama fue el iniciador de las Aguilas y caminó 5.0 entradas  de 4 carreras, siete hits, una base por bolas y ponchó a dos.

El triunfo fue un gran alivio para el conjunto de los Tigres.

El protagonista

Yamaico Navarro

Tercera  base

Sobresaliente.  El  tercera base de los Tigres del Licey volvió a ser un hombre clave en la ofensiva de su equipo al pegar imparable remolcador de dos vueltas y de paso ayudar a los felinos a romper una racha negativa de seis derrotas seguidas. Se recuerda que Navarro también fue uno de los héroes en el último triunfo que habían logrado los Tigres al conectar jonrón de tres vueltas. El antesalista también pudo manejar un rebote incómodo para sacar el último out.