Las ventas de productos cárnicos, lácteos y sus derivados, se cayeron en más de un 60 por ciento por efecto de los apagones que obligan a la población a no comprar esos artículos, porque se les dañan en la nevera.

Esa situación está generando pérdidas millonarias al comercio, declaró ayer el presidente de la Asociación de Almacenistas Importadores (ASODAI), Domino Espinal Collado, quien añadió que igual situación afecta a los vegetales y frutas, que son perecederos y requieren refrigeración para conservarse.

La leche líquida, queso, mantequilla, salami, jamón, salchichón y chorizos, son productos cuyas ventas han disminuido significativamente, porque la gente no los está comprando por miedo a que se dañen, lo que le genera grandes pérdidas al comercio que debe asumir el gasto de los artículos que se dañan.

Hasta la venta de naranjas, limones, lechosas, manzanas, uvas, piñas, melones, sandías, tomates, pepinos, ajíes, cebolla, ajo, puerro, berro, repollo, zanahoria y lechuga, se han reducido al mínimo por la dificultad para conservarse.

Según el dirigente empresarial, la crisis energética que se caracteriza por apagones de hasta 12 horas corridas, está obligando a dueños de establecimientos de expendio de alimentos, a botar grandes cantidades de productos dañados.

«Con la crisis energética no se puede conservar ni una mata de lechuga en el refrigerador de la casa. Así quien compraba dos, ahora sólo puede comprar una mata, la que se va a comer inmediatamente», comentó Espinal Collado.

Se explicó que ya ni las plantas de emergencia soportan el peso de los prolongados apagones.

«El sector comercial está muy preocupado y afectado con la crisis energética, porque la pérdida por los daños de productos refrigerados es multimillonaria y la reducción de la producción sensible a la conservación por climatización es de un 60 por ciento», dijo.

Manifestó que otro factor que afecta a los sectores productivos, es el aumento de la tasa de interés en los últimos días, situación que hacen más crítica las operaciones de las empresas en la República Dominicana.

«Las empresas dominicanas están en un letargo, que llama a preocupación sobre su destino», puntualizó Espinal.

A los problemas de aumento de costos de los sectores productivos, se agrega el hecho de que la capacidad de compra de la población está muy diezmada.