El Aguacate, Santiago Rodríguez.-En esta zona montañosa, entre los lugareños, reina el entusiasmo por la vuelta a la siembra de café, atraídos por el buen precio que tiene el grano en el mercado interno y en el exterior.
Además están conscientes de que deben contribuir a preservar las fuentes de agua y el medio ambiente, por lo que dicen que libran una lucha contra los depredadores disfrazados de respetuosos de las leyes.
Los caficultores aquí han logrado reorientar el cultivo con el apoyo del Ministerio de Agricultura que, a través del Consejo Dominicano del Café (Codocafé), los ha ayudado en la instalación de viveros para producir plantas de café en sus comunidades y así ahorrar el costo del transporte que es caro y difícil en la zona, dijo Ramón Enrique Torres (Moncito), expresidente de la Cooperativa Agroecológica.
Recordó que la siembra de café con variedades tolerantes a la Roya empezó aquí en el 2014 y se estima que se van a cosechar unos cinco mil quintales de café con dos años de haber sembrado las plantas.
Por otro lado, el cultivo de café, su recolección, beneficiado y secado son actividades que impactan positivamente en las comunidades y en el entorno donde se verifica el cultivo, porque el empleo familiar y los jornales dinamizan la economía rural.
El cultivo del café en esta zona también es importante porque contribuye a la reforestación, mitigando el cambio climático y contribuyendo a producir agua, por lo que los caficultores de esta zona quieren producir café con sostenibilidad.
Un quintal de café de calidad tiene un precio entre RD$8,000 y RD$10,000. Una finca de 20 tareas de café resistente a la Roya y de gran productividad puede generar una producción de 30 quintales por cosecha anuales, que a RD$8,000 el quintal tiene un ingreso de RD$240,000, lo que es difícil de conseguir con otros cultivos en las montañas.
En la zona hay otras organizaciones de productores con viveros para suministrar plantas a sus socios. Para la instalación y administración de estos viveros, Agricultura y Codocafé los apoyan en la parte técnica y en la capacitación.
Torres, miembro del Consejo del Codocafé, informó además que es de la Asociación Cidra de Thomas, que lucha por preservar la cuenca alta del río Mao, considerado como el corazón de la presa de Monción. Allí están otros viveros para producir otras 60,000 plantas de café.
Recordó que esa presa produce energía eléctrica para el polo turístico de Puerto Plata y agua para los acueductos de la Línea Noroeste (Mao, Esperanza y Hatillo Palma) y Navarrete, en Santiago.
“Tenemos aquí un vivero con capacidad para 150,000 plantas, la mayoría de café. Otras especies, como Osúa, naranja agría, etcétera. Estamos reforestando la cuenca del río Mao con café tolerante a la Roya”, indicó Torres, un hombre de fácil expresión y uno de los líderes de esta comunidad.
Señaló que el vivero tiene 120,000 plantas de café, de las que 20,000 están de siembra y que en la cuenca han logrado renovar unas 3,000 tareas, pero dijo que les falta dinero para el mantenimiento de las plantas para llevarlas a producir y mantenerlas.
Dijo que los productores esperan que el administrador del Banco Agrícola, Carlos Segura Foster, vaya en su auxilio y les otorgue préstamos para fertilización de sus plantaciones de café en la cuenca alta del río Mao.
Actividades dañan la cuenca. ”Si se deja que se sigan desarrollando algunas actividades, que hay que ponerle control, como la siembra de limón persa, entendemos que es un peligro para la cuenca. La gente deforesta, además el paquete tecnológico que se le aplica a las plantaciones de limón para controlar las enfermedades es una contaminación terrible para los acuíferos”, asegura Torres.
“Otra actividad que hay que ponerle coto es el desarrollo de la ganadería, para la que se tumban bosques para la siembra de pasto. Muchos dueños de terrenos de aquí usan a los haitianos para deforestar. Eso es un gran peligro. También el corte indiscriminado de árboles hay que detenerlo porque están depredando los bosques, con la justificación de unos supuestos planes de manejo que realmente son planes de recursos económicos porque de manejo forestal no tienen nada, que no sea producir dinero. Esas son tres actividades que las vemos como un peligro.
“Sin embargo, el café garantiza la cobertura forestal de la zona y mejora las condiciones económicas de la gente, es la parte económica de la que hemos vivido aquí. Después de la enfermedad de la Roya del Café, que desapareció nuestro cultivo, necesitamos un apoyo directo del Gobierno para poder desarrollar nuestra caficultura.
“Este vivero es una garantía de que nosotros queremos contribuir a la preservación y conservación de los recursos naturales de esta zona”, afirmó Torres.