Las razones de que los precios del petróleo comenzaran a caer en junio se escondían a la vista de todos: crecimiento de la producción estadounidense, debilitamiento de la demanda en Europa y China, violencia en Oriente Medio que amenazaba con afectar el suministro y nunca lo hizo.
Tras tres meses y medio de lenta caída, el punto de inflexión para una baja más pronunciada se produjo el 1° de octubre, dijo Ray Carbone, presidente de la casa de bolsa Paramout Options Inc. Fue entonces cuando Arabia Saudita rebajó los precios para sus mayores clientes.
La medida era una señal de que el exportador más grande del mundo prefería defender su cuota de mercado que apuntalar los precios. “Para mí, ese fue el dato revelador”, señaló Carbone el 28 de octubre desde sus oficinas de Nueva York. “Una vez que empezó, fue incesante”.
La baja de 29 por ciento desde junio del precio internacional tomó por sorpresa a los operadores y los pronosticadores.
Después de una acumulación constante de existencias y el debilitamiento de la demanda, el estallido de una guerra de precios en la OPEP crea dudas respecto de las inversiones en nuevos recursos petroleros al tiempo que ayuda a la economía mundial, mantiene controlada la inflación y abarata la gasolina para los automovilistas.
El crudo Brent, la referencia mundial, bajó de US$115,71 el barril el 19 de junio a US$82,60 el 16 de octubre, el precio más bajo en casi cuatro años. En los Estados Unidos, el West Texas Intermediate tocó US$79,44 el 27 de octubre, el precio más bajo desde junio de 2012. La gasolina común sin plomo se vende a un promedio cercano al precio más bajo en cuatro años de US$3,023 el galón (3,78 litros) en todo el país.
El mercado bajista superó la caída prevista en los futuros que cotizan en bolsa, que son utilizados por los productores para protegerse de las fluctuaciones de precios. Hace apenas un mes, el Brent para entrega en noviembre se negociaba a US$97,20 el barril, un 12 por ciento por arriba del precio actual.
El secretario general de la OPEP, Abdalla el-Badri, negó la existencia de una guerra de precios. “Nuestros países siguen al mercado”, dijo ayer en la conferencia Oil Money de Londres. “La gente vende de acuerdo con el precio de mercado”.
Los funcionarios del Ministerio de Petróleo saudita no pudieron ser contactados para que efectuaran declaraciones fuera del horario de trabajo.
Los precios se mantuvieron más altos en meses anteriores porque los operadores prestaron atención al riesgo de que los conflictos armados de Libia, Irak y Ucrania interfirieran con la producción petrolera, según Jeff Grossman, presidente de BRG Brokerage de Nueva York. Esos problemas nunca se materializaron.
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Guardia baja
La caída de los precios del petróleo “agarró a algunos con la guardia baja porque seguían preocupados por algunos de los acontecimientos geopolíticos que se desarrollaban en todo el mundo y nunca se cristalizaron”, señaló Grossman, agente bursátil con cartera propia en la Bolsa Mercantil de Nueva York. “Probablemente nunca deberíamos haber estado por arriba de los US$100”.