PARIS (EFE).- Francia está de luto por la muerte de 152 residentes de Martinica al estrellarse en una zona montañosa de Venezuela el avión colombiano en el que regresaban a casa, después de pasar una semana de vacaciones en Panamá.

   El MD-80 de la compañía colombiana West Caribbean Airways, que iba de Panamá a Fort-de-France, cayó en la Sierra de Perijá.

   Los ocho tripulantes colombianos y los 152 pasajeros, incluido un bebé, todos ellos residentes en Martinica, murieron en esta catástrofe aérea, la peor de la historia de la aviación civil francesa y la cuarta en el mundo en lo que va de mes.

   Según las primeras informaciones, los dos motores fallaron uno tras otro. El avión se estrelló a unos 140 kilómetros de Maracaibo, donde el piloto había pedido permiso para aterrizar de emergencia.

   «Esta noche, Francia está de luto tras esta dramática catástrofe aérea», dijo el presidente, Jacques Chirac, por televisión, al expresar en nombre de todos los franceses su «compasión y solidaridad» a los familiares y allegados de las víctimas.

   Indicó que se disponía a hablar con su colega de Venezuela, Hugo Chávez, para pedirle que «se haga todo» para esclarecer cuanto antes las circunstancias del accidente, y para que la «movilización completa, de la que no dudo, de las autoridades civiles y militares de Venezuela» pueda aportar ayuda en esta tragedia.

   En el aeropuerto de Fort-de-France, donde fueron leídos los nombres de las víctimas, hubo sollozos, gritos de dolor y desmayos. Las personas fueron atendidas por el personal médico. Los psicólogos de la célula de crisis trataban de reconfortarlas.

   «Toda Martinica se siente afectada por este drama. La catástrofe es vivida de forma muy dolorosa en la isla, que es pequeña y todo el mundo se conoce», indicaba un periodista local, al señalar que horas después de la tragedia la gente seguía llegando al aeropuerto.

   Familias enteras quedaron diezmadas. Algunas localidades, como Saint-Esprit, han perdido a decenas de habitantes. En el vuelo chárter había miembros de comités de empresas, organizaciones municipales y asociaciones, como 43 de la Asociación Martiniquesa de Acción Social.

   Los especialistas empezaron a recabar datos entre las familias en el aeropuerto para ayudar en la identificación de las víctimas.

   El Ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, ordenó el envío de todos «los medios humanos, materiales de investigación, de identificación de víctimas y ayuda técnica», a Venezuela, a donde viajarán mañana quince gendarmes y policías con ese fin.    Mientras, tres expertos de la Oficina de Investigación de Accidentes (BEA) serán despachados a Venezuela para asistir a sus colegas venezolanos. Una de las dos cajas negras del avión ya ha sido hallada, según informó el Ministerio venezolano del Interior.

   El Gobierno francés se declaró dispuesto a movilizar medios civiles y militares desde el Caribe para ayudar a las autoridades de Venezuela en el lugar del siniestro, si Caracas lo pide.

   El avión siniestrado había sido controlado dos veces este año por las autoridades francesas de aviación, sin que se registraran problemas, indicó el ministro de Transportes, Dominique Perben.

   West Caribbean Airways había sido autorizada desde la pasada primavera a realizar vuelos chárter entre Panamá y Fort-de-France y Pointe-a-Pitre (Guadalupe), señaló el ministro.

   Mientras las escenas de dolor se multiplicaban en Martinica, donde las banderas ondean a media asta en todas las alcaldías y donde es esperado esta noche el ministro de Ultramar, Francois Baroin, se sucedían las declaraciones de consternación en Francia.

   El primer ministro, Dominique de Villepin, unió su voz a la de Chirac para manifestar a las familias «el testimonio de solidaridad de toda la Nación».

   El líder centroliberal, Francois Bayrou, dijo que «nunca una región de Francia ha sido tan golpeada como Martinica», mientras el opositor Partido Socialista, «profundamente conmocionado», reclamaba una investigación lo antes posible y pedía que se hiciera todo lo necesario para ayudar a los martiniqueses afectados.

   En el Ministerio de Exteriores se creó un grupo de crisis y se abrió una línea telefónica especial para atender las llamadas de las familias. EFE