El descenso del petróleo es buena noticia para los importadores. De 76.44 dólares al comienzo de octubre, el barril West Texas Intermediate (WTI) pasó a cotizarse 50.40 dólares el pasado viernes, cayó más de 34%.
Mientras preguntamos cuánto durará, celebremos que estamos en el grupo de países ganadores. De media consumimos 165 mil barriles de combustibles al día, contabilizando los 30 mil barriles de crudo de Refidomsa, si de media el próximo año pagamos 50 dólares en lugar de 60.5 como asume el Presupuesto General del Estado de 2019, implicaría gastar 1.7 millones dólares menos al día.
El petróleo todavía no sería barato no obstante el abrupto descenso, a 50 dólares la factura ascendería a 3,018 millones de dólares, superando los 2,847 millones de dólares de 2017 cuando pagamos un precio medio de 47.16 dólares.
Dependiendo de la rebaja podría ser viento o ventarrón de cola externo, si se prolonga y el consumidor gasta la mayor renta disponible al verlo estructural. Si oscila entre 20% y 30% respecto a 60.5 dólares en el Presupuesto Público de 2019, sumará producto a nuestra economía. Podría añadir crecimiento entre 0.6% y 0.9% en 2019, tomando en cuenta, lo demuestro más adelante, que de media el consumidor recibe para atrás alrededor de un tercio de la rebaja del crudo.
Apartando volatilidad no veo repunte en el corto plazo, profetizo que la rebaja durará, llegó para instalarse por lo menos hasta mediados del 2018. Opino como la misión del FMI cuando visitó al gobernador del Banco Central, le dijo que no prevé alzas en la cotización, salvo que se agudice la incertidumbre internacional.
La caída ha sido impulsada por factores que se entrecruzan. A la fortaleza del dólar, el petróleo se cotiza en esa divisa, se agrega el exceso de oferta que es estructural. Nadie cede cuota, los Estados Unidos y Rusia cada uno aporta 11 millones de barriles diarios, Arabia Saudita es comodín. Lo anterior se combina con enfriamiento de la demanda en la India y China, crecen a ritmo más lento, explica el pronóstico de los Organismos Internacionales de frenazo económico mundial en 2019. Otros factores que juegan son el aumento de las tensiones en el Golfo y al pleito comercial EE UU-China. Tras la bajada del petróleo el consumidor ha estado esperando que con igual ritmo el ahorro se traslade al precio de las gasolinas, gasoil y gas licuado, pero no ha sido ni será de esa manera por la estructura de precio. Con un ejemplo se entiende mejor. Esta semana el galón de la gasolina regular cuesta RD$208.60, su costo o paridad de importación (RD$94.14) representa 43%, los impuestos (RD$78.89) 38% y 19% la intermediación (RD$38.47). A lo que se agrega el costo del dólar, divisa con la que se paga el petróleo y derivados. Salen más caro si el peso se desprecia, pudiendo incluso amortiguar la reducción internacional.
Es decir, si el petróleo vale 34% menos como resulta desde octubre, no significa que el consumidor pagará 34% menos. El problema es que está recibiendo mucho menos, alrededor de un tercio del ahorro, en el ejemplo de la gasolina regular menos de 10% de lo que valía en octubre.