Anualmente a República Dominicana llegan de 20,000 a 25,000 haitianos, lo que es una cantidad relativamente elevada si se toma en cuenta que en el país hay una población de alrededor de ocho millones de personas, afirmó ayer el representante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Juan Artola.
No obstante, precisó que pese a la crisis reciente en Haití el flujo migratorio se mantuvo.
«Hubo autoridades municipales, policías, agentes aduaneros que se escaparon de allá y se instalaron aquí con sus familiares y amigos, pero esas personas no son inmigrantes habituales, además de que no excedieron las 500 personas», manifestó.
Al participar en el Diálogo Jurídico de HOY, Artola explicó que la migración haitiana tiene la peculiaridad de que es circular, es decir que el haitiano no viene exclusivamente a quedarse, sino que va y viene.
Dijo que de acuerdo a una encuesta realizada por la OIM, cuyos datos serán ofrecidos oficialmente el próximo viernes, los haitianos que cruzan hacía República Dominicana provienen de las ciudades céntricas de ese país con un nivel académico y de educación mucho más elevado que los que venían en años anteriores.
«Son personas que envían remesas a sus familiares y que no se establecen en un sólo lado sino que constantemente cambian de ocupación», añadió.
[b]ENFERMEDADES[/b]
Artola manifestó que contrario a lo que mucha gente piensa en el sentido de que los inmigrantes haitianos traen enfermedades como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), se ha comprobado que una gran cantidad de haitianos adquiere esa enfermedad aquí y luego cuando se van a su país contagia a sus compueblanos y así se va propagando y se convierte en una cadena.
Asimismo, manifestó que hay un tipo de migración de paso que básicamente es de chinos y cubanos, los que generalmente llegan ilegalmente a través de Haití para luego trasladarse a Estados Unidos.
[b]PREOCUPACIONES[/b]
Por otro lado, Artola citó dentro de las mayores preocupaciones de la OIM es que el país tome conciencia de que existe un problema migratorio, que no solo comprende a Haití, sino que hay otras vertientes como es el caso de los dominicanos que se van a otras naciones, los chinos que vienen para usarlo de «trampolín», así como otros extranjeros que están penetrando ilegalmente, entre ellos, los cubanos y colombianos.
Añadió que los chinos pagan unos US$20,000 para llegar a Estados Unidos.
De igual manera, opinó que la situación haitiana no tiene solución a corto plazo, por lo que no debe seguirse tratando sobre la base de deportaciones o negaciones «porque eso no resuelve el problema, ya que si se deportan 100, retornan otros 100 ó 50».
«Hay que buscar mecanismos de solución aceptables», añadió.
Abogó porque sea modificada la legislación migratoria, tras indicar que es una ley que data de 1939 y «evidentemente para la actualidad no sirve».