Calderón asume poder en un ambiente hostil

<strong>Calderón asume poder en un ambiente hostil</strong>

MEXICO (AP) _ Una frase, sólo una que resonó varias veces en un recinto legislativo convertido en campo de batalla, resumió lo que en los últimos días era una incertidumbre en México.

“Sí se pudo, sí se pudo!’’, repitieron incansablemente los legisladores del conservador Partido Acción Nacional (PAN), cuando Felipe Calderón fue juramentado como presidente de México en una ceremonia de escasos cuatro minutos. El PAN celebraba así el haberse impuesto a sus adversarios del partido izquierdista de la Revolución Democrática (PRD), que desde hace meses afirmaron hasta el cansancio que impedirían la ceremonia de asunción del segundo conservador que gobernará el país de manera continua desde el 2000 y a quien califican de “espurio’’ y se niegan a reconocer.

Y los conservadores se impusieron pese a que por momentos el ambiente hacía pensar que los izquierdistas ganarían una partida iniciada después de los comicios presidenciales del 2 de julio, cuando Calderón fue declarado triunfador sobre su rival del PRD Andrés Manuel López Obrador.

La tribuna del recinto amaneció el viernes exactamente como se encontraba desde el martes: tomada por legisladores de uno y otro bando que habían establecido una tregua de no agresión hasta las ocho de la mañana.

A punto de marcar el reloj las ocho y justo en el momento en que senadores del PAN entraban al recinto por una de las seis puertas, la tregua terminó y la batalla final comenzó.

Izquierdistas se abalanzaron hacia la puerta ubicada en un costado de la sala de sesiones para tratar de bloquearla.

En segundos, de los empujones se pasó a los golpes durante una trifulca en la que incluso se veía a algún diputado con una curul en su manos, que al parecer no dudaría en usar como arma.

Luego de algunos minutos los izquierdistas comenzaron a retroceder, y desde ese momento ya se veía la ventaja del PAN, que para entonces había controlado por completo la tribuna, la cual fue disputada por ambos bandos desde el martes.

Los golpes dieron paso a una guerra de gritos, a veces interrumpida por nuevos enfrentamientos físicos pero más breves.

“—México, México, México!’’, gritaban los oficialistas que en respuesta recibían de los izquierdistas un “—Obrador, Obrador, Obrador!’’ mientras otros apoyaban los gritos con silbatos.

“—Reconciliación, reconciliación!’’, pedía el PAN y sus adversarios sólo les exigían “—Fuera Calderón, fuera Calderón!’’.

En punto de las 09.30, el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño del PAN, dio inicio a la sesión de Congreso general para la ceremonia de juramentación.

“—Ya cayó, ya cayó, Felipe Calderón!’’, gritaban convencidos los izquierdistas que no veían llegar al conservador.

Pero el augurio se esfumó casi de inmediato. A las 09.47 Calderón entró por una puerta detrás de la tribuna, seguido por su antecesor y correligionario de partido Vicente Fox, que segundos después ya juraba cumplir la Constitución y desempeñar patrióticamente su cargo.

Un minuto después Fox entregó la banda presidencial a Zermeño que la pasó al conservador. 60 segundos después el himno nacional inundó el salón y fue entonces cuando se logró lo que no se pudo en los últimos días: unir a todos los partidos en un sólo coro.

“—Sí se pudo, sí se pudo!’’, estalló entonces desde las decenas de gargantas oficialistas, mientras veían como Calderón dejaba el recinto a las 09.51.

En dos balcones frente a la tribuna, mientras, invitados extranjeros como el ex presidente estadounidense George H.W Bush y varios mandatarios centroamericanos y sudamericanos, eran testigos de la ceremonia de asunción más atropellada de la historia reciente de México.

“Hay buena acción’’, describió el gobernador de California Arnold Schwarzenegger.

“No estoy preocupado en absoluto. Todo saldrá bien’’, decía Bush padre, acompañado por el embajador estadounidense Tony Garza.

Apenas salió Calderón, el recinto comenzó a despejarse de legisladores, incluidos los izquierdistas que fueron superados y derrotados en la batalla final.

“Nunca he estado en una sesión tan emocionante como hoy,’’ aseguró el coordinador de los senadores del PAN, Santiago Creel.

Tres horas después, el ya presidente refrendaría el grito de sus legisladores durante su primer discurso: “Sí se pudo y sí se puede’’.

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