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MEXICO (AFP).- El nuevo presidente de México, el conservador Felipe Calderón, arrancó su mandato de seis años con un plan de austeridad que incluye su propio salario, mientras se prepara para enfrentar su primer desafío en el Congreso con la presentación del Presupuesto de 2007.
En su primer decreto presidencial, Calderón aseguró que su administración será responsable “en el uso de los recursos de los mexicanos”, lo que permitirá ahorrar el próximo año 25.500 millones de pesos (unos 2.550 millones de dólares).
La medida incluye restringir los gastos de representación y de telefonía de los funcionarios, además de la disminución en 10% del sueldo del mandatario y de todos sus ministros.
El presidente de México, uno de los jefes de Estado mejor pagados de Latinoamérica, tiene un sueldo de 306.000 dólares al año, en tanto que los ministros reciben alrededor de 250.000 dólares anuales, según datos de la Presidencia.
“Aplicaremos medidas de austeridad en toda la administración pública, lo cual incluye revisar los registros de los recursos humanos y evitar prácticas abusivas”, dijo el domingo Felipe Calderón, en una ceremonia en la que los principales ministros de su gabinete también signaron el decreto que establece el programa de ahorros gubernamentales.
La anunciada austeridad no incluye al Ejército ni a las áreas de Seguridad y Procuración de justicia, aclaró el presidente mexicano, quien el sábado había anunciado que la milicia recibirá un aumento de sueldo si así lo aprueba el Congreso.
Esta disposición del Ejecutivo es la punta de lanza de una iniciativa de ley que se enviará en breve al Congreso, con la intención de “regular los ingresos de todos los servidores públicos”, acotó Calderón.
El objetivo es hacer aún más transparentes los gastos de la burocracia mexicana, los cuales -por primera vez en la historia del país- desde 2002 pueden ser consultados a través de Internet gracias a una ley implementada en el gobierno conservador de Vicente Fox (2000-2006).
Además de la propuesta que regulará los ingresos de los funcionarios, Calderón está obligado a entregar en el legislativo, a más tardar el 15 de diciembre, el Presupuesto para 2007 que incluye los ingresos con los que contará el gobierno y los recursos que se prevé gastar el próximo año.
Una de las prioridades de la gestión de Calderón, según anunció en su discurso inaugural el pasado viernes, es la justicia social y el combate a la pobreza, que afecta a la mitad de los 103 millones de habitantes del país.
En ese tenor, “los programas sociales que han sido eficaces” serán intensificados con los ahorros del plan de austeridad, a los que podrán sumarse los excedentes de los ingresos petroleros, de presentarse un presupuesto que fije un precio conservador del barril del energético.
En este año, el gobierno mexicano tuvo ingresos de 1,97 billones de pesos (unos 183.240 millones de dólares), considerando un precio del barril de petróleo de 36,5 dólares, de acuerdo con lo aprobado por el legislativo.
Pero como el valor internacional del crudo fue mucho más elevado que esa cifra, los ingresos extraordinarios pudieron destinarse a programas sociales.
La dependencia petrolera de las finanzas de México constituye año tras año uno de los principales escollos a sortear por el Ejecutivo en el Cámara de Diputados, y el presupuesto de Calderón no será la excepción.
El equipo económico del nuevo presidente tiene ante si la férrea oposición de la izquierda, que ha prometido obstaculizar cualquier iniciativa del gobierno federal.
Además, debido a que el gobernante Partido Acción Nacional (PAN) carece de mayoría en el Congreso, Calderón está obligado a negociar a fin de sacar adelante el paquete presupuestario de 2007.
A su vez, durante la inauguración, este lunes, de un foro empresarial hispano-mexicano, Calderón apuntó a la inversión extranjera, el turismo y las infraestructuras comos los pilares para el desarrollo económico de México durante su gobierno.
