MEXICO (AFP).- A menos de dos semanas de haber llegado al poder en México, Felipe Calderón lanzó un ambicioso operativo destinado a acabar con los ajustes de cuentas de bandas de narcotráfico en Michoacán (este), el estado más violento del país, y cumplir así su promesa de combatir la inseguridad.

“He señalado que concentraremos la acción de nuestro gobierno en tres prioridades: combatir la pobreza, generar empleos y, en este primer año de gobierno especialmente, la seguridad pública, que tiene que ser restituida por todos los medios lícitos, legales posibles al alcance”, dijo el martes Calderón en un acto en el municipio de Tepotzotlán (centro). El lunes, el “gabinete de seguridad” presentó la “Operación Conjunta Michoacán”, en la que participan 4.260 elementos del Ejército, 1.054 de la Armada, 300 policías federales y agentes y fiscales de la Procuraduría General (PGR), todos apoyados por aeronaves, vehículos anfibios y terrestres.

Michoacán se convirtió en 2007 en el estado más violento de México con más de 500 ejecuciones en lo que va del año, incluídas 13 espeluznantes decapitaciones como resultado de los ajustes de cuentas entre bandas del narcotráfico.

El operativo contempla la erradicación de plantíos ilícitos, el establecimiento de puestos de control para acotar el tráfico de sustancias ilícitas en carreteras, la ejecución de cateos y de órdenes de aprehensión, así como la ubicación y desmantelamiento de puntos de venta de drogas.

   Esta operación “tiene por objeto el restituir plenamente el mando de la autoridad gubernamental sobre el territorio y sobre la población del estado, combatir el tráfico de estupefacientes (…) y recuperar la normalidad y la tranquilidad de los mexicanos que habitan en ese estado”, añadió Calderón, quien es oriundo de Michoacán.

   Por su parte, el procurador general Eduardo Medina, uno de los coordinadores del operativo, explicó a la emisora Televisa que se busca “poner toda la fuerza del Estado en este combate a la inseguridad y, sobre todo, al crimen organizado”.

   “El Estado mexicano tiene la capacidad, el despliegue, las atribuciones para ganar esta guerra, es una guerra muy compleja, pero es una guerra ganable”, añadió Medina al advertir que en este operativo puede haber bajas entre las fuerzas de seguridad porque se espera una reacción del crimen organizado.

   Durante el anterior gobierno, Vicente Fox lanzó el operativo “México Seguro”, en el que también participaron fuerzas militares y policías federales, pero se concentró básicamente en la zona norte del país con despliegues de fuerzas de seguridad en apoyo de las locales.

   Este despliegue inédito de fuerzas federales en Michoacán, de donde es originario el presidente Calderón, mereció incluso la aprobación del ex candidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, quien se ha autoproclamado “presidente legítimo” y se niega a reconocer su derrota electoral.

   “No lo veo mal, yo propuse en la campaña, nos están copiando, que el ejército tenía que meterse al combate al narcotráfico, claro que lo planteaba de otra manera. Este operativo me parece necesario, las cosas están fuera de control en Michoacán, en todo el país, se necesitaría un operativo nacional”, dijo a la emisora W Radio.

   El operativo en Michoacán fue solicitado por el mismo gobernador, Lázaro Cárdenas Batel, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, ante la violencia desatada por la guerra entre los cárteles de Sinaloa y del Golfo, pero también es campo de operaciones del cártel del Milenio y otras pequeñas organizaciones integradas por familias.