WASHINGTON. AP.  El presidente de EEUU Barack Obama y su colega mexicano Felipe Calderón cuestionaron la ley migratoria de Arizona, tras la reunión que sostuvieron ayer en la Casa Blanca.  “Mantenemos nuestro firme rechazo a que se criminalice la migración y que gente que trabaja y aporta a esta gran nación sea tratada como delincuente. Nos oponemos a la ley de Arizona porque parte de principios parciales, injustos y discriminatorios”, afirmó Calderón, en una conferencia  junto a Obama.

Obama se mostró más cauto al referirse a la ley, al decir “que tiene el potencial de ser aplicada en una manera discriminatoria”. Afirmó que tomará decisiones sobre esta ley tan pronto reciba una evaluación que encargó al Departamento de Justicia y que debe estar lista pronto, dijo. “Esta ley es un esfuerzo mal canalizado, una expresión mal canalizada de la frustración existente por un sistema migratorio fallido”, aseguró.  Obama reiteró la importancia que su gobierno concede a la necesidad de aprobar una reforma migratoria integral, y solicitó el apoyo de republicanos y demócratas para trabajar en un proyecto, que resuelva definitivamente el estatus de  12 millones de indocumentados.