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A pesar de que se reconoce la importancia de mejorar la calidad de los sistemas educativos para reducir la pobreza y la desigualdad y aumentar el desarrollo económico, la manera de hacerlo no está clara. Una creciente evidencia apoya la noción de que los docentes desempeñan una función clave en lo que respecta a qué, cómo y cuánto deben aprender los estudiantes. Atraer personas calificadas a la profesión docente, retener a estos maestros calificados, entregarles las competencias y conocimientos necesarios y motivarlos para esforzarse al máximo probablemente es el principal desafío en el ámbito de la educación. (Vegas/Banco Mundial 2005: 213).
El magisterio dominicano no cuenta con las condiciones descritas. Con un salario por tanda de menos de RD $9,000.00 y en casos de dos tandas, menos de 18,000.00, se coloca en los rangos de población en pobreza y pobreza extrema sin acceso a la canasta familiar. Lograr las dos tandas supone una gestión de hasta cinco años con riesgo de fracaso al menos que pertenezca al PLD, consiga una carta de un comité intermedio o de un dirigente importante.
No son pocos los casos observados en las comunidades de maestros y maestras enfermos/as a los que el seguro médico no le ofrece una asistencia en salud de calidad o no le cubre servicios como: diálisis, cirugías o cobertura de enfermedades terminales. Muchas cirugías y diálisis se logran con colectas o actividades de recolección de fondos organizadas por otros docentes. Más dramático es el cuadro del docente pensionado, viviendo en la miseria rampante, o deambulando por las calles pidiendo dinero, con depresiones o demencia fruto del hambre. Cuando ha dedicado su vida a la educación.
Otras imágenes apuntan hacia maestros y maestras residiendo en viviendas de madera con piso de cemento deteriorado y letrinas en distintas provincias. De ahí el rechazo de las nuevas generaciones a la profesión del magisterio, a mediano plazo provocará la deserción y la extinción del profesorado. El continuo crecimiento de la población y el deterioro de las condiciones de trabajo están provocando una grave escasez de maestros en el mundo entero, lo que podría afectar seriamente a la calidad de la educación. (UNESCO-OIT 2002:56)
El aumento salarial del magisterio no garantiza per se calidad en la educación. El mismo debe ir asociado a: equipamiento y recursos didácticos en aulas, acompañamiento- supervisión, monitoreo, mejoría de las condiciones físicas y servicios de los centros educativos en agua potable, sanitarios, iluminación y ventilación. A lo que se le añade la despolitización del sistema educativo. Nombramientos, evaluaciones y supervisiones realizadas con criterios político-partidarios no garantizan la transparencia ni la calidad de los procesos.
