RÍO DE JANEIRO. AFP.
Los Juegos de Rio-2016 entraron en su cuenta atrás con el comienzo ayer de la reunión del comité ejecutivo del COI, dominada por las consecuencias de la crisis del dopaje en Rusia, y la inauguración del esperado metro olímpico.
Antes de abordar oficialmente el espinoso tema ruso el domingo, el presidente del comité organizador, Carlos Nuzman, debía informar a los 15 miembros del gobierno del COI sobre los últimos detalles de la accidentada preparación de los Juegos. La reunión de dos días del gobierno del Comité Olímpico Internacional (COI) y la posterior sesión del congreso de dicho organismo, entre el 1 y el 4 de agosto, serán la antesala de la gran cita del deporte mundial (5-21 de agosto). A seis días de la ceremonia inaugural, la gran incógnita sigue siendo cuántos deportistas rusos podrán participar en Rio-2016, después de que el escándalo del dopaje provocara la exclusión de decenas de competidores de ese país. La delegación rusa, que inicialmente debía estar formada por 387 deportistas, se redujo a «266», según la última cifra proporcionada este sábado por el ministro ruso de Deportes, Vitali Mutko, aunque la presencia de varios de ellos aún está en duda.
Dos nadadores, Vladimir Morozov y Nikita Lobintsev, apelaron este sábado su exclusión ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), convirtiéndose en los dos primeros deportistas de su país en presentar recursos ante a máxima instancia de la justicia deportiva.
Los dos medallistas olímpicos piden al TAS, instalado en Rio durante toda la duración de los Juegos, que anule las decisiones tomadas por el comité ejecutivo del COI y la Federación Internacional de Natación (FINA). Según el último recuento de la AFP, 117 deportistas rusos han sido excluidos hasta el momento.
Los últimos fueron los ocho pesistas rusos que iban a participar en Rio, según indicó el viernes la Federación Internacional de Halterofilia que como sus similares de otras disciplinas fue encargada de descartar en la carrera hacia Rio a los deportistas.