Califican de «milagro» que 57 sobrevivieron accidente avión

Califican de «milagro» que 57 sobrevivieron accidente avión

LIMA (AP).- Un total de 31 muertos y 10 desaparecidos se contabilizaban el miércoles en el accidente de un avión comercial que se estrelló en la selva con 98 personas a bordo, 57 de las cuales sobrevivieron, lo que fue calificado como un verdadero «milagro».

El avión Boeing 737-200 de la aerolínea estatal TANS cayó en una zona pantanosa faltando pocos minutos para aterrizar en la ciudad de Pucallpa, a 490 kilómetros al noreste de Lima. Llevaba 98 personas a bordo — 92 pasajeros y seis tripulantes — según la compañía, que corrigió la información inicial de que iban 100 en la nave.

Entre los pasajeros había 18 extranjeros: 11 estadounidenses, cuatro italianos, un español, una colombiana, y un australiano. De ellos, se confirmó la muerte de un estadounidense y de la colombiana Liliana Narváez.

«Treintaiún cadáveres es lo que ha recogido la fiscalía, pero 10 quedarían por (ubicar) que pueden ser fallecidos o sobrevivientes», dijo Jorge Beleván, vocero de TANS. Explicó que aparentemente algunos que salvaron se habrían retirado por sus propios medios del lugar.

Dijo que 16 cuerpos ya fueron plenamente identificados.

Canales de televisión difundieron por la mañana las primeras imágenes en vivo desde el lugar del siniestro, que mostraban cuerpos mutilados extraídos del fango por los rescatistas.

Beleván informó que ya habían sido encontradas las cajas negras del avión, las que se espera que revelen las causas del accidente.

Reiteró que entre los desaparecidos podrían haber más sobrevivientes porque según dijo, se supo de tres pasajeros que se salvaron, y que se habían ido a sus casas por el trauma vivido.

«Pueden haber otras personas en la misma situación, por eso es que no podemos adelantar ningún dato», indicó, sin dar más detalles.

El portavoz dijo que entre los sobrevivientes había algunas personas con heridas leves, mientras que otros presentaban quemaduras.

El diario La República citó a la enfermera Rocío Marín contando que al hospital de Yarinacocha, donde trabaja, llegaron tres niños –uno de ellos de año y medio de edad– con quemaduras en el rostro y en las manos.

«Tenían la cara y las manos quemadas hasta en segundo grado. No podían respirar… habían aspirado gases o humo del incendio que se produjo en el avión», dijo Marín al diario.

El accidente fue calificado como un verdadero «milagro» por el experimentado piloto e instructor John Elliot.

«Un avión que queda totalmente destrozado y más del cincuenta por ciento de los pasajeros ha sobrevivido», comentó telefónicamente a la AP.

Dijo que las imágenes televisivas mostraron que prácticamente no quedó nada de la aeronave, puesto que sólo se han visto pedazos de fuselaje de no más de dos metros cuadrados.

El jefe de la Sexta Dirección Territorial Policial de Ucayali, general Ariosto Obregón Escudero, dijo que las labores de recuperación de los cuerpos de las víctimas son arduas, y describió que los restos del avión se encontraban regados en línea recta unos 400 metros «como si fuera una pista de aterrizaje».

Se especulaba que las causas de la tragedia serían el mal tiempo o falla del piloto.

La aerolínea TANS dijo que se había desatado una tormenta, y que en el momento del aterrizaje un «viento cruzado» o «wind shear» hizo perder al piloto el control de la nave. Este intentó un aterrizaje de emergencia dirigiendo el avión a un terreno fangoso para amortiguar el impacto, agregó.

Pero Elliot dijo que el piloto ante un hecho así y tormenta debió dirigirse a un aeropuerto alternativo.

«Las regulaciones (de aviación comercial) son bien claras: uno no entra en tormenta, uno en tormenta no intenta aterrizar», dijo Elliot.

Por su parte, Víctor Girao, otro piloto y experto en derecho aeronáutico, dijo a Canal N que por las informaciones que se han dado, se concluye que los pilotos cometieron un «error de principiantes».

«Por la posición en que se ha encontrado el avión y por los rastros que ha dejado en más de 500 metros, quiere decir que venían arrastrándose, venían muy bajo, buscando ver la pista. Gran error de principiantes», señaló Girao.

Norma Pasquel, recepcionista del aeropuerto de Pucallpa, dijo a la AP que se había desatado una lluvia torrencial, y que el piloto del avión tenía dificultades para aterrizar.

«Estaba dando vueltas porque no podía aterrizar por el viento. Se comunicó con la torre y minutos después perdió la comunicación», contó.

De otro lado, desde el amanecer, familiares de las víctimas y sobrevivientes esperaron en el aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima, el momento de abordar un avión especial de TANS que los llevó a Pucallpa para indagar por sus parientes.

Uno de ellos, José Reyna, de 30 años, dijo que había llegado con sus tres hermanos, esperando viajar a Pucallpa para despedir a su padre José Lino, tripulante del avión, que se encontraba entre los fallecidos.

Este fue el segundo accidente de una aeronave de TANS en dos años y medio. En enero del 2003 un avión Fokker se estrelló contra una montaña en la selva norte con sus 42 ocupantes. No hubo sobrevivientes.

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