Hoy 
Residentes en la cercanía de la masacre del martes están temerosos y rehúsan hablar de los vecinos extranjeros raptados y muertos a balazos en una finca de caña. Otros, empero, señalan que al lugar llegan lanchas con drogas y avionetas lanzan paquetes que son recogidos por personas que esperan, casi siempre en yipetas. Incluso, una de las personas que accedió a hablar con los periodistas ayer dijo que la Playa de Sabana Uvero, ubicada muy cerca de Paya, en Baní, es un santuario del bombardeo de drogas. Los extranjeros llevaban poco tiempo en el lugar.
En esta comunidad la gente está recogida. Muchos no quieren hablar sobre la vida de los siete hombres que fueron ejecutados la madrugada del martes dentro de unos cañaverales, a cuatro kilómetros de Paya.
Sin embargo, otros, como Nori Carmona, Julio César Fortuna y Máximo Martínez, expresaron que tanto el dominicano como los extranjeros llevaban varias semanas habitando una residencia de lujo, distante a cien metros de la entrada que conduce a la playa de Sabana Uvero, un lugar definido en la zona como santuario del bombardeo de drogas.
Los consultados en el área coincidieron en que el grupo no solía estar en el medio, como los dominicanos, sino que salían de manera esporádica a tomarse algunas cervezas y a comerse unos pescados, sobre todo en el mercadito de Paya.
Esta plaza está ubicada exactamente en la entrada de la playa, donde se encuentran fincas y propiedades, la mayoría de personas que residen en el extranjero.
Ellos no se mezclaban mucho con la gente de aquí, pero sus actuaciones eran tranquilas, y nadie sospechaba que pudieran estar envueltos en negocios oscuros, dijo Carmona.
Algunos lugareños señalaron que el grupo se movía básicamente en una yipeta y en una camioneta, pero casi siempre en horas de la noche y la madrugada.
En Ojo de Agua hay consenso en el sentido de que se trató de un ajuste de cuentas.
Fortuna, quien tiene una propiedad cerca de la playa, confirmó que el balneario es una base donde se descargan grandes cargamentos de drogas no solamente desde avionetas sino mayormente desde barcos y lanchas bimotoras que llegan en horas de la madrugada.
Otros vecinos dijeron que el martes en la mañana vieron una pequeña embarcación en el mar que había llegado a ese lugar el día anterior, es lunes, pero que zarpó luego de la masacre, sin que nadie se percatara de qué habría traído ni dejado, ni a quiénes llevaría de regreso. Un señor que rehusó identificarse por temores, reveló que hace un mes una pequeña embarcación dejó 12 tanques de 55 galones, luego que la nave fuera abastecida, abandonando la playa inmediatamente.
Otros contaron que hace una semana una avioneta dejó caer un cargamento en la playa, el cual fue recogido por yipetas que abandonaron luego el lugar a alta velocidad con destino a Santo Domingo. Hasta ayer sólo habían sido identificados entre los ejecutados el colombiano Jesús David del Río Hans, de 28 años, el sobreviviente Holi Gómez, de 30, nicaragüense, y el dominicano Manolo.
Las claves
1. Los extranjeros
Los siete asesinados, entre ellos cuatro colombianos, dos venezolanos y un dominicano, llevaban allí varias semanas en la casa de donde fueron secuestrados y llevados amarrados al campo de caña donde fueron encontrados sin vida.
2. La playa
La playa de Sabana Uvero, es identificada como un puerto clandestino, donde se generan actos tan espeluznantes como el ocurrido el martes, a pesar de que la Base Naval de Caldera está cerca
3. Era turístico
Moradores de Ojo de Agua no se explican cómo la playa señalada, que hasta hace dos años era un lugar muy visitado por vacacionistas, está tan abandonada que la usa el tráfico de drogas.
