BURNEY, California, EE.UU. Un par de incendios forestales descontrolados que arden a unos 13 kilómetros (8 millas) de separación en el noreste de California se convirtieron el domingo en el centro de la atención de las autoridades estatales y federales al reportarse que habían destruido ocho casas y provocaron como precaución la evacuación de un pequeño hospital de cuidados a largo plazo.

Los dos incendios, que comenzaron con un día de diferencia en el Bosque Nacional Lassen y se han propagado a tierras privadas, habían calcinado 233 kilómetros cuadrados (90 millas cuadradas) hasta el domingo por la mañana.

El más fuerte de los dos estaba amenazando el poblado de Burney, donde las autoridades del Hospital Mayer Memorial decidieron evacuar el anexo de 49 camas de pacientes con demencia y otros problemas que requieren cuidados especializados.

Los pacientes fueron trasladados a un hospital de Redding, a uno 88 kilómetros de distancia, informó el centro en su portal de internet.

La Policía del Condado Shasta tenía a los habitantes bajo alerta de evacuación tras ordenar a los vecinos de otras tres pequeñas comunidades vecinas que abandonaran sus viviendas el sábado por la noche. El sargento John Greene dijo que la zona está escasamente poblada que no sabía exactamente cuántas personas fueron afectadas o si las casas destruidas eran viviendas de vacaciones o estaban habitadas permanentemente. Permanecían en efecto órdenes de evacuación para una comunidad muy cercana al segundo incendio, provocado por un rayo el miércoles.

Los dos incendios estaban entre 14 que bomberos federales, estatales y locales combatían el domingo en el centro y norte de California, informó Dennis Mathisen, portavoz del Departamento de Boques y Protección contra Incendios estatal. Juntos, han consumido 474 kilómetros cuadrados (183 millas cuadradas) de bosques y maleza seca debido a la fuerte y prolongada sequía que afecta al estado, dijo Mathisen, quien agregó que la próxima semana no promete ser mejor.

La cantidad de incendios ha llevado al gobernador de California, Jerry Brown, a declarar el sábado el estado de emergencia, aleando que las circunstancias y la magnitud de los incendios están más allá del control de un solo gobierno local y exigen las fuerzas combinadas de varias entidades de las regiones.