Quien busque en los archivos municipales y del Congreso Nacional la resolución o ley que designa la “Avenida de los Próceres” con ese nombre,  posiblemente no las encuentre. Esa vía pasó a la historia como “Avenida de los Restauradores”, aunque, inexplicablemente, cuando se inauguró, el ocho de diciembre de 1974, se le llamó “De los Próceres”.

 Sin embargo, un año después el Presidente Joaquín Balaguer recibió la estatua de Martí que obsequió la Asociación Cubana en la República Dominicana y dice la crónica que la escultura “está colocada en la intersección de las avenidas Los Trinitarios y Los Restauradores en la urbanización Los Jardines”.  La pieza está en la  llamada “Avenida de los Próceres”.

 Las únicas avenidas “Los Restauradores” que aparecen en  la más reciente “Guía de Santo Domingo” están en los barrios “La Javilla” y “La Esperanza”. El 29 de febrero de 1988, Luis F. Toral, secretario administrativo de la Presidencia, se dirigió al ministro de Obras Públicas y Comunicaciones notificándole la “disposición que asigna el nombre de Avenida de Los Restauradores a la obra vial construida en la parte norte de la ciudad, que nace en Villa Mella y atraviesa el sector de Sabana Perdida hasta el barrio San Lorenzo de Los Minas”. Joaquín Balaguer le asignó el nombre mediante el decreto número 91-88.

 “Los Próceres” es la denominación por la que el pueblo identifica la hermosa arteria que une las avenidas Abraham Lincoln y Luperón y esa misma descripción se hace en el informe sobre los trabajos en ese paseo que publicó José Abraham Lluberes, encargado de la obra. Pero él se refiere a “Los Próceres”. El Ayuntamiento del Distrito Nacional y el Congreso hicieron la misma definición de esa ruta, pero llamándola “Avenida de los Restauradores”. Todas las reseñas de la ceremonia inaugural dicen “Avenida de los Próceres”.

 Existe un voluminoso intercambio de correspondencia entre J. Ricardo Ricourt, secretario administrativo de la Presidencia en 1974, y los titulares de Obras Públicas, el ayuntamiento, el Senado y la Cámara de Diputados sugiriendo nombres para calles de la Urbanización Los Ríos y sus alrededores,  que hoy no los llevan, como “Los Trinitarios”, “Los Caciques”, “Mirador Oeste”, “Los Andulleros de Sabana Iglesia”, “Batallón de Higüey”, “Lanceros de Cotuí”, “Los Restauradores”,  “El Poniente”, entre otros. Figuran aprobados por el Congreso y promulgados por el Presidente Balaguer.

“Los Próceres” de Venezuela.

 Como no  ha sido localizada constancia escrita de la motivación de ese nombre, se ignora a cuáles próceres, de  tantos que registran los diferentes procesos históricos dominicanos, reconoce la avenida.

 Pero probablemente es un tributo a prohombres de América, a juzgar por un relato del arquitecto Rafael Tomás Hernández, quien fue uno de los proponentes de esa designación, en 1969.  Lo extraño es que cinco años después se acogió la sugerencia y se inauguró la vía con ese nombre, pero en los documentos quedó como “De los Restauradores”.

 El reconocido profesional formó parte de una delegación que viajó a Venezuela para participar en un “Congreso de Viviendas”. “La sede fue el círculo de las Fuerzas Armadas que disponía de unas magníficas instalaciones que databan de la época de Pérez Jiménez y que estaban situadas en la Avenida de los Próceres”, contó.

 Al regreso, los viajeros hablaron con Balaguer de esa avenida. Los escuchó como si no le interesara la sugerencia, refiere Hernández, pero poco después, agrega, “encargó una película con los detalles de aquella obra”.

 Comenta el ingeniero: “Sólo llegó a colocar a José Martí pero imagino que  le hubiera gustado llevar ahí a Juárez, Bolívar, San Martín, que había ubicado en otras rotondas e isletas de Santo Domingo”. El discurso que pronunció Balaguer en la inauguración de la plaza en honor del apóstol cubano se publicó a página completa en los diarios y en una separata. En la extensa semblanza del patriota dijo que “su imagen nos es tan amada como lo es hoy para Cuba la de Máximo Gómez”.

 Balaguer estuvo presente también en la inauguración de la “Avenida de los Próceres”, pero quienes hablaron fueron Manuel Alsina Puello y Rafael Estrella Rojas, secretario de Obras Públicas y síndico del Distrito, respectivamente. Siempre se refirieron a la “Avenida de los Próceres”. No dijeron a quienes honraba. Tocaron y bailaron las batuteras de Ponce, Puerto Rico, y monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito impartió la bendición. La Banda de Música de la Guardia Presidencial entonó el Himno Nacional.

 En el anuncio de la víspera se mencionó reiteradamente la “Avenida de los Próceres”. El costo, sumado al de la construcción de un puente de hormigón armado localizado “entre el lugar conocido con el nombre de Artillería y la avenida Abraham Lincoln”, ascendió a casi dos millones de pesos”.

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La ley

 La ley número 645 del ocho de abril de 1974 expresa: “La avenida que se inicia en la avenida Luperón, en el cruce de la autopista Duarte, y finaliza en la avenida Abraham Lincoln, bordeando la parte Sur del Jardín Botánico, se denominará “Avenida de los Restauradores” Esta descripción corresponde a la “Avenida de los Próceres”.