Calles y avenidas
Félix Wenceslao de la Concha 

<STRONG>Calles y avenidas <BR>Félix Wenceslao de la Concha  </STRONG>

Formó parte del primer Gobierno que tuvo la República, estuvo preso por protestar contra la Anexión a España, señal de que su espíritu revolucionario se mantuvo firme en las luchas por la soberanía. Cuando murió, fue reconocida su integridad.

Wenceslao de la Concha, sin embargo, ha sido relegado hasta el extremo de que notables estudiosos del pasado nacional lo desconocen. No ha ocurrido igual con sus hermanos paternos Tomás y Jacinto, merecidamente exaltados en libros y a los que se les rindió a tiempo el tributo de recordarlos con calles de Santo Domingo y del país ubicadas en antiguos sectores, hoy populares.

A Wenceslao le asignaron una calle casi un siglo después de su fallecimiento, en un barrio alejado, prácticamente nuevo, considerada por algunos como una callejuela.

Labor revolucionaria Wenceslao de la Concha mantuvo una estrecha relación de amistad con Juan Pablo Duarte, que fue su maestro de esgrima y en materias didácticas que impartía frente al almacén de su padre, en La Atarazana, según consigna Pedro Troncoso Sánchez en “Episodios Duartianos”. “Oía sus prédicas e intercambiaban libros”, dice.

Fue a saludar al patricio, cuando este regresó de Europa, junto a Juan Isidro Pérez, Ramón Mella, José María Serra, Felipe Alfau, Jacinto y Tomás de la Concha, Félix María Ruiz, Juan Nepomuceno Ravelo, Félix María del Monte y Benito González.

Al igual que el futuro Padre de la Patria, Wenceslao estuvo como testigo en las bodas de José María Caro e Isabel de Jesús, el 15 de noviembre de 1833. Uno de los hermanos de Wenceslao, Tomás, fue prometido de Francisca, hermana de Duarte.

Es inexplicable el porqué no perteneció a los Trinitarios si le unía tan estrecha amistad con todos y era hermano de dos desde tantos años antes de la fundación de la sociedad patriótica. No obstante, se adhirió temprano a la causa libertaria y figura como cabecilla entre los comprometidos.

Él fue parte de una de las células que “proliferaron” en Santo Domingo desde 1842, apoyando el plan de Duarte y los Trinitarios. Integraba la de la capital junto con Manuel María Valverde, Juan Alejandro Acosta, Manuel Jimenes, Esteban Roca, Ángel y Agustín Perdomo, Juan Contreras, Manuel Dolores Galván, Joaquín Lluberes, Jacinto Brea, Francisco J. Abreu, Ildefonso Mella, Juan Andrés Pina, Fernando Serra, Luis Betances, Tomás Troncoso, José María Pérez Fernández, Manuel y Wenceslao Guerrero, Alejandro Bonilla, Manuel Aybar, Silvano Pujols, Fernando Gómez Gratereaux y Francisco Sosa, según testimonio de Emiliano Tejera.

En ausencia de Juan Pablo Duarte, que se encontraba exiliado en Venezuela, De la Concha fue de los firmantes de la célebre “Manifestación de los pueblos de la Parte Este de la Isla antes Española o de Santo Domingo, sobre las causas de su separación de la República Haitiana”, del 16 de enero de 1844, el primer documento oficial de la ya casi nación. Carlos Nouel destaca esta condición así como  la rúbrica de Wenceslao en el documento “de la Capitulación haitiana, en febrero del mismo año”.

En escasas líneas sobre Wenceslao, el clérigo agrega que De la Concha fue administrador de Hacienda de Puerto Plata el 10 de mayo de 1853 y “firmante como senador por la misma Villa, del Decreto del Congreso Nacional que abrogó la Constitución de 1865 y declaró en vigor la de 1854, en 1866”

Apunta que Wenceslao estuvo preso en esa comarca, en 1863, en los días iniciales de la Restauración.

Participó en todos los preparativos de la insurrección por la Independencia, asaltó  fuertes, tomó las viejas murallas y  se vinculó a otras operaciones  que permitieron  a los febreristas ocupar la Puerta del Conde, centro principal de la revolución, hasta que la República fue proclamada la noche del martes 27 de febrero de 1844.

Quizá atendiendo a tan valiosos servicios a la Patria fue designado miembro de la Junta Gubernativa Provisional presidida por Sánchez, primer Gobierno de la República, que componían, además, Ramón Mella, José Joaquín Puello, Remigio del Castillo, Mariano Echavarría y Pedro Castro y Castro.

“Ciudadano Benemérito”. Así le llamó la Gaceta Oficial de febrero de 1880 en la sentida necrológica en  que resalta en Wenceslao el servicio “más noble, más connotado, por el que tiene que ser inscrito en el catálogo histórico de los buenos patriotas: Wenceslao de la Concha fue miembro de la Junta Gubernativa Provisional creada el 27 de febrero de 1844 en el famoso Baluarte del Conde, en el cual se proclamó la Independencia del pueblo dominicano”.

Félix Wenceslao nació en Santo Domingo el 31 de marzo de 1811, hijo de José Lucas de la Concha Negrete, puertorriqueño, y de Vicenta Petreño. Casó con Leocadia Troncoso, madre de sus hijos Manuel María, Baldomera y Wenceslao. Enviudó y contrajo nupcias con Fabiana Santín, fallecida en 1874.

Era hermano de Juan Tomás Eleuterio y Jacinto de la Concha López, hijos de Francisca Borja López, segunda esposa de José Lucas, según datos de Carlos Larrazábal Blanco. Wenceslao fue sepultado en Santo Domingo el 11 de febrero de 1880.

La calle.  El 17 de julio de 1974 el Ayuntamiento designó Wenceslao de la Concha la antigua calle “Anacaona” de Vietnam, Los Mina. Para mayor olvido del patricio, la resolución no dice quién era el homenajeado ni destaca los merecimientos para esta distinción rendida junto a otros 13 que llama “ilustres paladines de nuestra historia dominicana”.

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