Calles y avenidas
La Autopista  30 de Mayo

<STRONG>Calles y avenidas <BR></STRONG>La Autopista  30 de Mayo

La sustitución del nombre de la avenida “George Washington” por el de “Autopista 30 de Mayo” en el tramo comprendido entre la Feria Ganadera y el puente Haina, originó una debatida confusión, dos años después de que se produjera el cambio, porque algunos organismos consideraban ilegal la denominación.

 Las preocupaciones de los titulares del Instituto Cartográfico Universitario, el consultor jurídico del Triunvirato, el secretario administrativo de la Presidencia y el consultor jurídico del ayuntamiento no trascendieron, aunque fueron motivo de razonamientos, interpretaciones legales, envío y remisión de memorandums que formaron un abultado expediente en el que unos declaraban que la disposición estaba fuera de la ley.

 El caso se cerró sin llegar a conclusiones quizá por temor de las partes. En el oficio número 1506 del 23 de marzo de 1964, remitido por el consultor jurídico  para conocimiento y opinión de Donald Reid Cabral, Ramón Tapia Espinal y Manuel E. Taváres Espaillat, figura una nota manuscrita con tinta indeleble, firmada por alguien cuyo nombre o apellido comenzaban con H., que dice: “Esto es delicado por la repercusión que tendría. Pero hay que aclararlo”.

 No se esclareció. La inquietud se mantuvo secreta y el trozo de carretera siguió siendo “30 de Mayo” aparentemente de forma ilegítima porque el Poder Ejecutivo no se decidió, entonces, a emitir una ley para derogar la anterior de 1954 que había declarado “George Washington” ese paseo. Por lo menos no está en el grueso legajo de este asunto localizado en la documentación del Palacio Nacional que se encuentra en el Archivo General de la Nación.

Las modificaciones.  El cuatro de abril de 1962, la Sala Capitular del Distrito Nacional, presidida por Alfredo Dubreil, rindió homenaje a los ajusticiadores del tirano y a la fecha del magnicidio cambiando, además del nombre de la vía en cuestión, las calles Braulio Álvarez-Héctor B. Trujillo por “Teniente Amado García Guerrero”; Kansas City por Huáscar Tejeda; Clear Water por “Juan Tomás Díaz”; Chiclana de la Frontera por “Modesto Díaz”; New Orleans, por “Antonio de la Maza”.

 También las John Foster Dulles por “Pedro Livio Cedeño”; Otilio Méndez por “Luis Manuel Cáceres” y la que era entonces Prolongación Avenida México (distinta a la de la actualidad) por “Ingeniero Roberto Pastoriza”.

 La polémica sobre la “Autopista 30 de Mayo” se inició el 24 de febrero de 1964 cuando José Joaquín Hungría Morell, director del Instituto Cartográfico Universitario, se dirigió al consultor jurídico del Poder Ejecutivo consultando cuál debía ser la designación prevaleciente en los mapas y planos ya que ese organismo se preparaba a actualizarlos.

 El dos de diciembre de 1963 Hungría había pedido al síndico municipal copia de la resolución para fines de registro y archivo en su “Nomenclator de nombres geográficos” y aprovechaba para advertir: “Según nuestro conocimiento, existe la Ley número 3776 del 27 de febrero de 1954, que designa con el nombre de George Washington el paseo que prolonga la avenida del mismo nombre hasta Haina, la cual, según nos han informado verbalmente en la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo, todavía está vigente”.

 En la misiva de 1964 sugería “dar los pasos necesarios para tratar de armonizar ambas designaciones, adoptando definitivamente la que se considere más ponderable”.

 Juan A. Morel, Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, se dirigió a los miembros del Triunvirato exponiendo la preocupación de Hungría y afirmando: “Este Despacho se permite informar que la ley número 3776 del 27 de febrero de 1954, que designó dicho tramo con el nombre de “George Washington”, está vigente, y que una resolución municipal no puede derogar una ley”.

 “En tales circunstancias, -agregó-, de considerarse la oportunidad de introducir una modificación a la situación existente correspondería al Triunvirato decidir por una ley si dicho paseo debe llevar el nombre de “30 de Mayo”, dado por la resolución municipal antes citada”.

 No se encontró una reacción del Gobierno en esas correspondencias. El nueve de enero de 1964, Mario A. Bergés Chupani, Consultor Jurídico del Ayuntamiento, remitió al síndico la resolución con el cambio de nombre de 1962 y reiteró que la anterior de 1954 todavía seguía vigente, en consecuencia, opinaba que “la designación de Autopista 30 de Mayo debió haberse hecho por ley que modificase o derogue la citada Ley número 3776 del 27 de febrero de 1954”.

 Tancredo Aybar Castellanos,  síndico del Distrito Nacional, se dirigió el 16 de enero  al director del Instituto Cartográfico Universitario anexándole copia de la ordenanza y la resolución dictadas por ese organismo, pero se limitó a invitarlo a fijar su atención en el oficio de Bergés Chupani que declaraba aún en vigencia la ley original. El 23 de marzo de 1964, la confusión planteada inicialmente por Hungría Morell no se había despejado pues el Consultor Jurídico pedía a los señores miembros del Triunvirato que se regularizara esa situación. Aprovechaba para informarles que “como una resolución municipal no puede derogar una ley, correspondería al Triunvirato decidir por una ley si el indicado paseo debe nombrarse 30 de Mayo”.

 Si los ejecutivos tomaron alguna determinación, no está incluida en el expediente. La última comunicación referente al caso es una “consulta sobre designación prevaleciente de vía” que el ocho de septiembre de 1965 dirigió Jaime Manuel Fernández G., secretario administrativo de la presidencia, al Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, “para conocimiento y opinión del nuevo titular de ese departamento”.

“30 de Mayo”.  Fue el propio Trujillo quien el 22 de febrero de 1936 resolvió la designación de la avenida George Washington, haciéndola coincidir con el natalicio del ilustre prócer, héroe de la Independencia de Estados Unidos y primer presidente de esa nación. Entonces se extendía desde el “Obelisco Hembra” hasta la avenida “Máximo Gómez”. En 1954 se llamó igual la prolongación de la vía hasta el puente de Haina.

 Se desconoce si se emitió después una ley que derogase la denominación para que la Autopista “30 de Mayo” quedara legalmente oficializada con ese nombre. Pero así ha quedado registrada en mapas y guías y consagrada en el sentimiento de la mayoría de los dominicanos.

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