Calles y avenidas
Fernando Arturo Soto, Inmortal del Deporte

<STRONG>Calles y avenidas<BR></STRONG>Fernando Arturo Soto, Inmortal del Deporte

Fue el primero en ganar medalla para el cronista deportivo más destacado, en 1942 y dirigió las pruebas olímpicas organizadas en 1937 por la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo cuando, como mariscal de campo, planificó y dirigió los Primeros Juegos Deportivos Nacionales.

Periodista, escritor, productor de programas radiales, comentarista, practicó casi todas las disciplinas del deporte e impulsó y orientó en ellas a múltiples generaciones de jóvenes que han sobresalido en béisbol, voleibol, fútbol, baloncesto…

Fundador en 1923 de la agrupación que aún congrega a los periodistas deportivos, participó más tarde en la creación de la “Liga del Oeste”, que todavía perdura.

Fernando Arturo Soto, reconocido con la principal avenida de la urbanización “Marién”, vivió para el trabajo, la familia, el deporte. Éste le obsesionaba de tal manera que en sus últimos años, habiendo perdido la visión a causa de una diabetes progresiva, pedía que lo llevaran al “play” y que le narraran los episodios del juego de béisbol y aplaudía, vociferaba, animaba o reprobaba a los jugadores.

Matilde Soto Peguero, su hija mayor, recuerda imborrables facetas del distinguido padre, aun aquellas de su infancia cuando le acompañaba a inauguraciones de torneos o edificaciones deportivas como “los Juegos del Centenario, partidas de boxeo, o la inauguración del Hipódromo”.

Los hijos, la esposa, fueron excepcionales motivaciones de la existencia digna de este perito mercantil egresado de la academia “Santa Ana”, que durante medio siglo se desempeñó como tal en la “Litografía Ferrúa”, ganando la confianza, el aprecio y la admiración de sus propietarios.

Todos los deportistas de su generación fueron sus amigos. Otros, de edad más temprana, sus discípulos. Los amantes del deporte le escuchaban fervorosos por la CMQ y una emisora local donde él pagaba su propio programa. Seguían sus escritos que hicieron imborrable  el pseudónimo de “Goliátero Pizancinio” o sus hazañas como atleta de campo y pista con las que ganó el merecido calificativo de “Ágiles piernas”.

Odfelo, Gran Maestro de la logia “Véritas”, Matilde cuenta que el amoroso progenitor apenas hablaba, nunca participó en política, prefería sentarse “a oír su pelota”.

“Para sus hijos eran los mejores juguetes, las diversiones más alegres. Los domingos íbamos a comer helados y a almorzar, entre otros sitios a los que nos llevaba recuerdo los restaurantes de Men, Domingo Ben, El Ariete, Micky Mouse…”

Con los mayores, don Fernando solía escaparse a “El Trocadero” o recorrer la avenida Duarte para terminar tomando de las famosas cervezas de a tres por peso del establecimiento conocido como “Los Pinos”, cuenta Matilde.

Inmortal del Deporte

Fernando Arturo nació en Santo Domingo el 22 de abril de 1907, hijo de Matilde Soto. Después del bachillerato hizo estudios comerciales en la academia que dirigía el profesor Lulú Pérez Garcés.

En la adolescencia fue miembro “del glorioso club atlético escolar “Pindú” como capitán de los equipos de voleibol y béisbol, jugando además en combinados de fútbol y baloncesto”.

Fue redactor deportivo de los periódicos “El Mundo”, “Nuevo Diario”, “La Opinión”, “El Diario” y colaboró más de 20 años con Listín Diario.

Casó con Isabel Peguero Jiménez, con quien procreó siete hijos: Matilde, Sonia, Pilar, Ana, Eunice, Olga y Fernando.

El versátil jugador de mediana estatura y tez oscura, recibía en las residencias donde vivió en Ciudad Nueva, la “Jacinto de la Concha” o el ensanche Luperón, a invariables y fieles amigos, deportistas, amantes de estas prácticas o admiradores de su estilo narrativo,  como Pedro Julio Santana, Dimas Reyes, Julio Limbal, Fernando Concha Parahoy, Mario Álvarez Dugan, José Domínguez Soto, Gugú Henríquez,  Dardo y Hamlet Hermann, Marinito y Luis Felipe Pérez, “Loló” Jansen, Augusto Saladín, Bobito de la Rosa, Indalecio Rodríguez, Ney Pellerano, Panchito Pineda, Procopio Contín (Niño) y otros que escapan a la evocación de doña Matilde.

Falleció el 18 de agosto de 1973. En 1974 fue inmortalizado en el “Pabellón de la Fama” como Propulsor del Deporte.

La calle

Después que directivos de la “Liga del Oeste”  solicitaron la designación de una calle con el nombre de Fernando Arturo Soto,  numerosas correspondencias se intercambiaron en 1978 entre el síndico, el secretario administrativo de la Presidencia, los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado y el presidente Joaquín Balaguer, hasta que el 24 de mayo de ese año se escogió una vía para rendir homenaje al “pionero en los anales de nuestra tenaz lucha deportiva”.

Se consideró que “este dinámico dominicano otorgó al conglomerado deportivo nacional valiosos aportes y contribuyó notablemente al desarrollo y pulimento del mismo”.

En atención a esos méritos fue bautizada “Fernando Arturo Soto” “la principal calle de la urbanización “Marién”, localizada al nivel del kilómetro  8 de la avenida Independencia”.

La calle Fernando Arturo Soto nace en la carretera Sánchez y muere en la Cayetano Germosén.

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