Hasta hace poco tiempo, el rótulo que indicaba la calle que lo reconoce y recuerda no solo tenía su identificación completa sino su título profesional: “Lic. Cayetano Armando Rodríguez”, decía. Pero ahora el Ayuntamiento del Distrito Nacional sustituyó el antiguo letrero y en el nuevo eliminó palabras y hasta borró su principal y más conocido apelativo, por lo que solo ha quedado “Armando Rodríguez”. Así aparece también en mapas recientes de la ciudad.

Hoy ni  los pocos que conocen la ejemplar trayectoria del ilustre geógrafo, revolucionario, jurista, nacionalista, patriota, escritor, historiador, se enterarán de que tiene una vía que hace honor a la gloria de sus hazañas, sus valiosos aportes y edificante conducta.

A Cayetano Armando Rodríguez Aybar se le recuerda principalmente como geógrafo porque su obra más importante, la “Geografía física, política e histórica de la isla de Santo Domingo o Haití, precedida de nociones de cosmografía, de geografía general de la tierra y de una ligera reseña de las otras islas del archipiélago antillano” no solo fue libro de texto desde que se publicó en 1915, sino que ha sido reeditada y aún consultada por estudiosos de esa rama. En las motivaciones de la resolución que le asigna la calle dice que es “la más acreditada geografía de la isla que se haya escrito jamás”.

Pero desde niño, cuando entró como escribiente al Juzgado de Instrucción del Tribunal de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santo Domingo y como archivero de la Honorable Cámara de Cuentas de la República, demostró ser un espíritu emprendedor, polifacético, combativo.

Enfrentó al tirano Ulises Heureaux en diversas tentativas revolucionarias, y en esos exilios  hizo amistad cordial con Máximo Gómez y otros distinguidos antillanos. Por sus actividades insurreccionales sufrió prisión en Cuba, en 1899, cuando preparaba otra expedición contra el régimen de Lilís.

También defendió la nacionalidad durante la ocupación norteamericana de 1916, según hizo constar Emilio Rodríguez Demorizi.

En la necrológica publicada en la revista Clío, Vetilio Alfau Durán, su autor, concluyó: “Don Cayetano Armando Rodríguez fue un ciudadano eminente por más de un motivo; versado en diversas disciplinas, brilló como geógrafo, como jurista, como político, como publicista. Sus aficiones filológicas lo llevaron a formar parte como miembro fundador y numerario de la Academia Dominicana de la Lengua, correspondiente de la Española”.

También fue de los miembros fundadores de la Academia Dominicana de la Historia.

Tras hacer la relación de las funciones públicas que desempeñó Rodríguez, comenta: “Fue, pues, un idóneo servidor de la República en las tres funciones del Estado”.

Biografía

Cayetano Armando nació en Santo Domingo el 17 de diciembre de 1865, hijo de Martín Rodríguez Mueses y Silveria Aybar Contreras. Fue alumno del Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino, recibió instrucción primaria y superior con el patriota y pedagogo puertorriqueño Román Baldorioty de Castro y fue alumno, además, de Eugenio María de Hostos y del canónigo Carlos Nouel en el Instituto Profesional.

Antes de concluir sus estudios de derecho fue general de brigada y tomó parte activa en la famosa “Revolución de 1886” encabezada por Casimiro N. de Moya. Se graduó en 1907, año en que fue electo diputado a la Asamblea Nacional Constituyente.

Fue interventor de Aduana en San Pedro de Macorís y Monte Cristi; gobernador “de la Provincia Capital”, cónsul de la República en Nueva York, en Hamburgo y La Habana, procurador de la Corte de Apelación de Santo Domingo y luego juez de la misma, procurador general de la República, magistrado de la Suprema Corte de Justicia, secretario de Justicia e Instrucción Pública y de Justicia, Instrucción Pública y Bellas Artes, entre otros.

En la reseña de su muerte se resume que “el inteligente joven recorrería todo el escalafón en la magistratura nacional”.

Cayetano se casó tres veces. Primero en Saint Thomas, con Clara Adela Nones, que murió cuatro años después de la boda. Después en Monte Cristi con Carlota Castellanos Torre, de la que enviudó también y entonces se casó con su cuñada, Luz Castellanos Torre. De estos tres matrimonios tuvo trece hijos: Antonio Armando, Luis José, Silveria, Carlos, Carlota Amada, Luz del Alba, Fabio, César Augusto, Inés, Rafael Horacio, Altagracia Mercedes, Martín y Florinda.

Otros libros publicados por Rodríguez Aybar son: El divorcio considerado desde el punto de vista del derecho internacional privado; Los atropellos de la Guardia Republicana y la actitud del Procurador General de la República; La frontera domínico-haitiana. Estudio geográfico, jurídico, histórico; Los restos de Colón en Santo Domingo y Los dos restos de Cristóbal Colón. Fue traductor de las obras de varios autores extranjeros y publicó trabajos en revistas y periódicos nacionales.

Cuando murió Cayetano Armando, el 28 de noviembre de 1953, su residencia de la 19 de Marzo número 8, donde fue velado el cadáver, se llenó de discípulos, funcionarios, intelectuales y otras notables personalidades que también acompañaron el cortejo fúnebre hasta la Catedral, donde monseñor Eliseo Pérez Sánchez realizó los oficios religiosos.

La calle.  Por llevar el mismo nombre de un antepasado insigne que también ha sido reconocido con una calle de Santo Domingo, algunos piensan que a Cayetano Armando Rodríguez se le ha rendido dos veces el mismo homenaje. El de Gascue es el general Cayetano Abad Rodríguez Tejera, su abuelo, destacado luchador por la Independencia Nacional, febrerista y servidor de la República durante toda su vida.

La vía que honra a Cayetano Armando Rodríguez Aybar está localizada en el sector “La Esperilla”, entre las avenidas Bolívar y Pedro Henríquez Ureña. Fue denominada con su nombre por resolución del Ayuntamiento del Distrito Nacional del 8 de noviembre de 1972.