Calles y avenidas
Periodista Manuel Flores Cabrera

<STRONG>Calles y avenidas<BR></STRONG>Periodista Manuel Flores Cabrera

En su Patria participó en importantes movimientos insurreccionales contra el régimen del dictador Juan Vicente Gómez y en la República Dominicana, donde residió ocho años, realizó intensa labor periodística y combatió con tan infatigable vehemencia la intervención yanqui, que fue apresado, condenado y finalmente expulsado por el intruso Gobierno Militar.

La última noticia de Manuel Flores Cabrera que recogió la prensa nacional fue su salida del país en 1920. Aparte de la designación de una calle con su nombre, sólo ha quedado el recuerdo de sus valiosos aportes en los periódicos y revistas que fundó, dirigió, redactó, administró, y en breves referencias enaltecedoras de su vida en Santo Domingo.

No se ha encontrado de él otro dato biográfico, ni siquiera en los motores de búsqueda más completos del Internet. En los periódicos dominicanos de su tiempo escribieron Lorenzo Despradel (“Muley”) y Luis E. Alemar, pero sólo ponderaron justicieramente su trabajo y ofrecieron concisas pinceladas de su temperamento callado, aunque enérgico. Según ellos, Flores Cabrera rehusaba el protagonismo y los halagos.

De él habla su obra reflejada en los contundentes editoriales,  crónicas y reportajes de sus publicaciones, escritos en estilo insuperable, limpio, compuestas y diseñadas con calidad admirable pese al atraso tecnológico de aquellos años. Su revista “Renacimiento”, que acogió la producción literaria de los más connotados escritores criollos, es modelo del periodismo más completo. Ilustrada con nítidas fotografías y magistrales dibujos, estaba al tanto de los acontecimientos más trascendentes del mundo y del terruño y así ocurría con el diario “Las Noticias”, que Flores Cabrera fundó en los primeros días de julio de 1920.

Dejó también su impronta en “La Cuna de América”, que dirigió en 1912; en el Listín Diario, del que fue redactor en jefe. Fue editorialista de “El Tiempo”, redactor y administrador del “Boletín de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura”; director-redactor del semanario “Paz y Trabajo”. “Las Noticias”, vespertino, contaba con servicios especiales de cable e inalámbricos.

Además de su labor informativa, Flores Cabrera se incorporó a organizaciones periodísticas como la Asociación Nacional de la Prensa, dirigida en 1916 por Arturo J. Pellerano Alfau y a la que pertenecieron Fabio Fiallo, Américo Lugo, Conrado Sánchez, Juan Durán, Manuel A. Machado y Félix Evaristo Mejía, entre otros. La agrupación realizó las primeras denuncias en el ámbito internacional contra la ocupación norteamericana.

“Prendas Morales”

“Entre nuestros intelectuales descuella por las prendas morales que enmarcan su personalidad, el periodista Manuel Flores Cabrera, hombre de firme voluntad, de alma sana y de clara inteligencia, que se ha hecho acreedor, más que ningún otro, a que lo miremos como un verdadero profesor de esa energía encarecida por los que ponen los dones del espíritu por sobre la efímera virtualidad de la materia”, escribió Lorenzo Despradel en agosto de 1920.

Describió los aportes profesionales del reputado comunicador, las amenas charlas en su taller y las pláticas en el hogar donde “la hacendosa consorte y una parvada de bellos y bulliciosos niños le hacen amable la vida”.

Luis E. Alemar decía en el Listín de septiembre de 1917 que Flores Cabrera era “la perseverancia hecha hombre. Activo, laborioso, vigilante, incesantemente ocupado, no es sujeto de vanidad pueril y de aquí que se distinga por la decencia y gravedad de sus costumbres, por su probidad, su modestia y su equidad, cualidades notables que le han aureolado respeto y cariño”, añadía.

Manifestaba que la conducta acrisolada le había creado reputación estimable que le abrió las puertas de la sociedad y de los hogares más distinguidos. Destacaba su sólida ilustración y expresaba que a su saber unía “condiciones hermosísimas, como la caridad, que practica sin ostentaciones, la liberalidad de sus ideas y la afabilidad y cortesía de sus modales. Su obra es grande y digna de la más justa alabanza”, concluía.

De sus viajes por el interior, negocios, relaciones sociales, aparecen párrafos en “Renacimiento”. Flores Cabrera dedicaba a los pueblos ediciones completas. Por esta revista y por la despedida que le dedicó el Listín se pudo saber que estaba casado con Mercedes Planas, autora de la sección “Para las Damas”, y que tuvo varios hijos, todos nacidos en Santo Domingo. Uno de ellos se llamaba Bolívar, según una crónica dando cuenta de sus travesuras.

Fue Flores, junto a Haim López-Penha, quien solicitó y logró que la calle Isabel la Católica recobrara su nombre original, que había sido sustituido por el de “Comercio”.

El escritor formó parte de la Unión Cívica Venezolana, opositora al régimen de Gómez, y del Partido de Liberación Nacional que constituiría un gobierno provisional en Venezuela. Por asuntos políticos se estableció en el país. El 16 de julio de 1920 lo apresaron junto a Fabio Fiallo, después de haber sido fuertemente amenazados por el gobernador interino Logan Feland (”Pezuña”). Fueron “procesados y sometidos al juicio severísimo de una Corte Marcial que tenía facultades para imponerles hasta la pena de muerte”, escribió Vetilio Alfau en Anales, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Se les condenó a pagar una multa de dos mil 500 pesos que debieron depositar en manos del provost Marshall, y a tres años de trabajos forzados. Thomas Snowden les redujo el castigo. Después de la condena, cuya ejecución no tuvo efecto, “Flores Cabrera realizó una valiente campaña contra la ocupación exótica, por lo cual pronto fue expulsado por el Gobierno Militar”, consignó Manuel A. Amiama  en “El periodismo en la República Dominicana”.

Cuando se embarcó en el vapor “Hurón”, en septiembre de 1920, el Listín lo despidió llamándolo “digno hijo de la heroica tierra de Simón Bolívar, el Libertador que tuvo por Patria la América”.

“Acompañan al querido compañero en su viaje a los Estados Unidos, su gentil esposa, muy estimada señora Mercedes Planas de Flores, y sus tiernos hijos, nacidos en esta tierra que ahora deja sin saber hasta cuándo, y que tenía por segunda patria”. Añadió: “Es nuestro anhelo justísimo que pasen pronto las causas que lo determinan a ausentarse”.

Zoom

La calle

No fue posible encontrar la resolución que designa “Manuel Flores Cabrera” la vía del ensanche La Fe comprendida entre la avenida San Martín y la calle “Coronel Fernández Domínguez”, como tampoco identificar a los autores de la propuesta. Pero la denominación se produjo en el trujillato. Una de sus más antiguas pobladoras, residente allí desde 1958, comunicó que al mudarse ya llevaba este nombre.

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