El elevado estilo educativo de sus hijos, que en 1933 constituyó una novedad para los dominicanos, las obras sociales y las innovadoras luchas por una educación en libertad que costó la expulsión del país a dos de sus miembros más activos, hacen de la calle que lleva el nombre de San Juan Bautista de La Salle uno de los tributos más merecidos al fundador de esta excepcional congregación de abnegados maestros, artistas, científicos, filántropos, bienhechores.
La presencia en la República de los hermanos De La Salle fue un sueño de monseñor Adolfo Nouel que desde que conoció su labor en Cuba los visitó en 1908 para que tomaran a su cargo el colegio Padre Fantino, de La Vega. Pero fue en 1933 cuando se embarcaron en el Karimará los hermanos Armando, Lorenzo, Alejandrino, Nicet de Jesús y Adelino Miguel, fundadores del Colegio Dominicano de La Salle de Santo Domingo, que se hospedaron en el antiguo Palacio Arzobispal, una casa en estado ruinoso pues estaba abandonada por el ciclón de 1930, según narra el hermano Alfredo Morales, historiador de la Obra en las Antillas.
También se refiere a la labor de estos hermanos José Luis Sáez, en su historia de la escuela católica dominicana. Antonio J. Guerra, ex alumno, conserva un precioso álbum que ilustra un interesante periodo de la existencia del plantel.
El 18 de septiembre de 1933 se iniciaron las clases y desde entonces el método lasallista es uno de los de mayor demanda por su elevada cultura y capacidad de enseñanza.
Han sido pioneros en exposiciones escolares, confección de fascículos con asignaturas impartidas, fiestas gimnásticas, cine hablado, campamentos de verano, cine-club, investigaciones, cómputos electrónicos, que en sus momentos han constituido novedades didácticas, como lo fue en 1967 la experiencia de la Educación en la libertad y por la libertad o Educación liberadora fruto de la reflexión de los hermanos Enrique Pizarro, Miguel Domínguez, Alfredo Morales y Miguel Campos y por lo que en 1970 fueron expulsados los hermanos Miguel Domínguez y José A. Cabezas, acusados de promover la subversión entre campesinos.
Empero, antes de esa lamentable medida, los hermanos De La Salle fueron noticia constante en la prensa de sus primeros años. Los estudiantes sobresalientes, la primera guagua, la construcción de la cancha, inauguración de la secundaria y hasta la bendición de un cuadro de La Altagracia que pintó el alumno Gilberto Fernández, fueron de tanto impacto como la introducción del uniforme camisa azul y pantalón kaki, las graduaciones, creación de la Academia Cervantes, inicio del internado, la gruta de Lourdes o la sonada bendición de la primera piedra, en 1947, del que sería su edificio definitivo en la avenida Bolívar y que se anunciaba frente a la Ciudad Universitaria.
En 1935 los hermanos se extendieron a Santiago, donde además del colegio De La Salle abrieron escuela gratuita vespertina para niños pobres a los que instruían en formación religiosa. De la casa de la calle Duarte, donde comenzaron, se trasladaron a la avenida Franco Bidó (hoy Juan Pablo Duarte), que fueron ampliando. El Centro se cerró por un tiempo hasta 1948.
A estos colegios privados han seguido la creación de una Escuela Nocturna Obrera, Escuela Elemental para Limpiabotas, escuela San Juan Bautista de La Salle, en Los Minas; Juan XXIII, en Higüey; Hermano Miguel, en El Egido, Santiago; otra San Juan Bautista de La Salle en el barrio Simón Bolívar, en la capital, entre otras. No solo se imparte escolaridad sino que cuentan con bibliotecas, coros juveniles, talleres de carpintería, cocinas, dispensarios médicos, gabinetes dentales, salones de mecanografía, tropas scouts, clubes para crianza de animales y siembra de hortalizas, talleres de costura, canchas y campos deportivos.
La República Dominicana debe especial gratitud a los hermanos Hilario José, Camilo Andrés, Adirén, Alcimo María, Nicet Jean (hermano Juan), Nicet de Jesús, Alejandro Tomás, Berchmans Ángel, Canisius Armand (hermano Armando), Amado Gabriel, Nilamon de Jesús (hermano Lorenzo), Adriano Agustín, Barnabe Francois, Barthelemy Aimé, Benildo Agustín, Célerin de Jesús (hermano Carlos), Armando, David Carranza (hermano Anselmo Manuel), Manuel Fariñas, Agustín Enciso, Francisco Salazar, Francisco Martín (hermano Agustín), Francisco Malvido, Antonio Edmundo.
Norberto Boiral, Evaristo Suárez, Javier Careaga, Manuel Fariñas, José F. García, Ovidio Ortega, Antonio Edmundo, Alfonso Roque, Enrique Pizarro, José A. Pal, Manuel Posada, Benito Víctor, Osvaldo Morales, Abelardo Roca, Raúl Pérez, Agustín Enciso, Miguel Domínguez, Marcos Villamán, Norman González, Juan del Castillo, Enrique Pizarro, René Hernández, Otto Coro, Ernesto Pizarro, Octavio Joaquín, Alejandrino José, Víctor Morales, Nicet Joseph, Antonio María, Aggée Gabriel, Benildo Justin, Alfonso Roque, Gonzalo Blanco, Pedro Fernández, Flavio Monción, Avelino Fernández y otros que como reza la resolución que designa La Salle una calle de Santiago, cumplieron con el deber de perpetuar la impronta del hombre que modeló conciencias y trazó directrices a la humanidad.
Patrón de los maestros. San Juan Bautista de La Salle fue un sacerdote y pedagogo francés que consagró su vida a formar maestros dedicados a la educación de hijos de artesanos y niños pobres de la época. Fue el fundador de los Hermanos Cristianos conocidos como Hermanos de La Salle, laicos maestros de menores y adolescentes.
Jean Baptiste era el primogénito de Luis de La Salle y Nicolasa Moët, familia acomodada de juristas. Nacido el 30 de abril de 1651, demostró desde la infancia su vocación religiosa y a temprana edad se consagró a Dios. Ordenado sacerdote en 1678, en 1683 renunció a sus bienes y un año después fundó la Congregación de los Hermanos Cristianos. Abrió numerosas escuelas y hogares de educación para muchachos de la calle y la primera escuela de profesores de su pueblo natal. Pionero en sistemas de enseñanza, es además autor de libros espirituales y escolares.
Murió el 17 de abril de 1719, fue beatificado en 1888 y canonizado en 1900 por el papa León XIII. Su festividad se celebra el siete de abril. En 1950 el papa Pío XII lo nombró patrón de los maestros.
La calle. El 23 de octubre de 1974 el Ayuntamiento de Santo Domingo tuvo en cuenta la noble y fecunda vida de San Juan Bautista de La Salle, a quien se le conoció con el sobrenombre de Sol de la Pedagogía Moderna, resaltando su ejemplo y poniéndolo como digno modelo de virtud por lo que designó con su nombre la antigua calle 2 del barrio Mirador del Norte, ubicada al norte de la avenida Bolívar, de este a oeste.