Diez tribunales del Palacio de Justicia de  Distrito Nacional, en los que diariamente se conocen decenas de juicios a puerta cerrada, con un público de entre 30 y 50 personas,  tienen una semana sin aire acondicionado y operan en medio de un sofocante calor que amenaza con obligar a suspender las audiencias.

Estos tribunales se han convertido en cuartos  saunas no aptos para cardíacos, hipertensos ni personas en edad avanzada.

Por falta de una pieza no funciona el aire acondicionado central en el Palacio de Justicia, que también da servicio a varias oficinas de la Fiscalía. No tienen aire acondicionado ninguno de los cuatro tribunales colegiados de la Capital, incluso la sala modelo, en la que se conocen los casos especiales por estar dotado de tecnología moderna. Allí el calor es insoportable.

Tampoco tienen aire el cuatro y el quinto juzgado de la instrucción. Esta semana debieron abrir la puerta de la secretaría para que la gente pudiera esperar el turno de las audiencias.

El Tribunal de Ejecución de la Pena no tenía aire, pese a que cientos de condenados que logran la libertad mediante acuerdo acuden a ese salón a recibir charlas, previo a su retorno a la calle. En la Oficina de Defensoría Pública, un espacio pequeño que comparten más de 20 profesionales del Derecho designados por la Suprema Corte de Justicia, el calor causaba que el persona estuviera en la sala de espera. Era penoso esta semana el panorama de ver a tres jueces compartiendo un abanico en estrado, como ocurrió en el Segundo y el Primer Tribunal Colegiado. En la secretaría, el personal de 13 escritorios se disputaban dos abanicos de pedestal.