Cámara Baja podría decidir suerte CAFTA
esta semana

Cámara Baja podría decidir suerte CAFTA <BR>esta semana

WASHINGTON (EFE).- La votación en la Cámara Baja del acuerdo firmado con América Central y República Dominicana pondrá fin esta semana, de una forma u otra, a la mayor batalla comercial en EEUU desde la ratificación del NAFTA hace más de una década.

   Dado que el Senado ya lo aprobó, el presidente de EEUU, George W. Bush, estará encantado de verlo sobre su mesa para firmarlo cuanto antes.

   Un sí en la Cámara de Representantes significaría que ese tratado comercial entrará en vigor en principio entre EEUU, El Salvador, Honduras y Guatemala.

   Los Legislativos de la República Dominicana, Costa Rica y Nicaragua aún no han ratificado ese tratado de libre comercio, conocido en EEUU por sus siglas CAFTA-DR.

   Para Bush, la aprobación del acuerdo es la prioridad comercial de este año y no lo ha dicho en broma: para garantizar el sí ha movilizado a todo el aparato político y económico de la Casa Blanca.

   Pero aún así, sus aliados republicanos en la Cámara de Representantes se la juegan al marcar la votación para la semana entrante, pues la aprobación del pacto no es de ninguna manera una crónica anunciada.

   «Estamos en la recta final y la Administración aún no tiene los votos» necesarios para que se ratifique, dijo a EFE Elizabeth Drake, una experta en comercio del AFL-CIO, la mayor federación sindical del país y una de las fuentes principales de oposición al acuerdo.

   «Hay indecisos todavía», reconoció el Representante de Comercio Exterior de EEUU, Robert Portman, esta semana tras una conferencia sobre el asunto en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

   Esa reunión fue una de un centenar que Portman ha mantenido sobre el tema en los dos meses y medio que lleva en el cargo.

   Bush se ha sumado a la ofensiva con varios discursos en los que ha alabado las virtudes del CAFTA-DR y ha recibido a grupos estratégicos de congresistas en la Casa Blanca.

   Además, organizaciones empresariales han lanzado campañas de apoyo en todo el país, que le han costado a la Cámara de Comercio de EEUU, la mayor asociación de este tipo, «millones de dólares», según confirmó a EFE una fuente de la asociación.    Pero sus enemigos son igualmente importantes y agrupan a sindicalistas, defensores del medio ambiente, organizaciones humanitarias -asustadas por las restricciones a la fabricación de fármacos genéricos en el pacto- y sectores industriales proteccionistas.

   El enfrentamiento entre ambos bloques ha resultado en una batalla sólo comparable por lo reñida a la que se libró respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, en inglés), que entró en vigor en 1994 en EEUU, México y Canadá.

   El próximo miércoles la Cámara Baja comenzará a analizar el CAFTA-DR, pero no se espera un fin rápido.

   Los líderes republicanos han advertido de que mantendrán las sesiones «durante el fin de semana, si fuese necesario, para completar el proceso legislativo». En agosto el Congreso no se reúne por el receso estival.

   La votación pondrá el punto final un año y medio de lucha desde que en diciembre de 2003 los negociadores de EEUU cerraron el acuerdo con Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Costa Rica y República Dominicana se sumaron posteriormente.

   En ese período, se rebasaron una tras otra las fechas que la Administración se marcó para la aprobación del acuerdo, ante la fuerza inesperada de la oposición.

   En su intento por ganar la partida el Gobierno se ha prodigado en promesas para ganarse los pocos votos no decididos.

   Ha ofrecido comprar azúcar centroamericano y dominicano para que no entre en el mercado nacional y haga bajar los precios, con el objetivo de seducir a los productores nacionales de este alimento.

   Para convencer al sector textil, ha garantizado que las maquilas centroamericanas y dominicanas comprarán telas estadounidenses, y no asiáticas, para la elaboración de bolsillos y forros.

   Además, los líderes republicanos están con un oído atento a deseos de los congresistas no relacionados con el CAFTA-DR.

   «Comprar votos prometiendo cosas totalmente diferentes, como construir puentes y carreteras en el distrito de los congresistas harán muy débil su victoria», dijo a EFE Sarah Anderson, del Instituto de Estudios de Política, quien se opone al pacto.

   Dado lo ajustado de la contienda, cualquier victoria, aunque sea endeble, será bienvenida para Bush.

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