POR ALEIDA PLASENCIA
Debe producirse un consenso sobre la reforma fiscal en torno a lo que debe sacrificar el gobierno y lo que debe aportar el sector privado, según la Cámara de Comercio y Producción de Santiago.

Representantes de la Cámara también plantearon que una nueva reforma debe hacerse con la participación de todos, sectores privado y público, de manera que el gobierno ponga su cuota de sacrificios en ella, en aspectos de control de la corrupción y del gasto público.

Las declaraciones al respecto las ofrecieron en el Encuentro Económico de HOY, el presidente de la Cámara, Ricardo Fondeur; Iván Reynoso, director ejecutivo, así como Olivero Espaillat  y José Darío Suárez Martínez, también directivos, tras opinar que la reforma fiscal que se haga en el país debe ser muy bien consensuada.

Consideraron también que el consenso acerca de la reforma debería lograrse a través del “Diálogo Nacional”, que es un escenario equilibrado. Consideraron de vital importancia que en el marco de la reforma fiscal se ordene transparentarse el gasto público.

Hay que ser más efectivo en las recaudaciones y reducir el gasto público, dijeron.

Pusieron énfasis en que el sacrificio que hay que hacer en el marco de la reforma fiscal debe ser recíproco, el sentido de que la misma no sólo cuente con cuotas de sacrificio provenientes del empresariado, sino también de parte del gobierno, en aspectos como los citados.

Refirieron que en los últimos años se han producido desmontes de impuestos de un lado, pero que por el otro se establecen más gravámenes. Citaron el caso de la comisión cambiaria, a la cual se le sumó el impuesto que se aplicó durante un tiempo a las importaciones y se elevó de 10% a 13%.

El gobierno, dijeron, va a tener que renunciar a una parte de los impuestos que cobra. Abogaron porque en la reforma fiscal, al menos, no se incrementen los impuestos.

También consideraron que la reforma fiscal debe hacerse lo antes posible, en vista de que la misma debe estar lista para entrar en vigor conjuntamente con el Tratado de Libre Comercio (TLC) que ejecutará el país con los Estados Unidos, denominado DR-CAFTA.

Al respecto, argumentaron que uno de los problemas que tiene el país en el marco del TLC que ejecuta con Centroamérica, es que las importaciones que hace República Dominicana desde esa región solamente pagan el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS).

Los productores de Centroamérica tienen cero impuesto de arancel para la maquinaria y no pagan recargo cambiario, como se hace en República Dominicana, expresaron, en referencia a la necesidad de que no se les apliquen incrementos de gravámenes al sector productivo nacional.

En esa tesitura, dijeron que el cúmulo de impuestos que hay en el país no los tiene Centroamérica ni Estados Unidos.  Según explicaron, el país no debe entrar en un DR-CAFTA teniendo una desigualdad fiscal como la existente.

La reforma fiscal ahora, según ellos, es obligatoria, porque si se pospone su realización, el país entraría al DR-CAFTA en una situación difícil, imposible de manejar en el aspecto impositivo. Se quejaron de que las reformas anteriores se han caracterizado por cobrarles más impuestos a los mismos contribuyentes.

En ese sentido entienden que hay que ampliar la base de contribuyentes, en vez de cobrarles más a los mismos que siempre han  pagado los impuestos.