Cambia actitud hacia el trabajo en ingenio

Cambia actitud hacia el trabajo en ingenio

POR MARIO MENDEZ
BARAHONA.-
La actitud hacia el trabajo de los picadores de caña ha cambiado luego de que el ingenio Barahona pasara a ser manejado por parte del sector privado a través del Consorcio Azucarero Central.

En el pasado, muchas veces cuando el picador llegaba al lugar donde iba a cortar la caña, ya no tenía ganas de trabajar porque había tenido que recorrer a pie tres y cuatro kilómetros a pie. Lo mismo tenía que hacer tras una dura, que incluía cargar toda la caña cortada al lugar de pesaje, para luego regresar, por sus propios medios, a su habitat.

Adicionalmente, el picador nunca sabía cuál era su salario, ya se le robaba parte de su trabajo en el pasaje de la caña, y en vez de dinero se le entrega un ticket por la jornada realizada que muchas veces el ingenio se tarda hasta más de un mes en pagarle, por lo cual, en su desesperación, se veía obligado a llevar a un colmado para que se lo recibieran sólo por una parte de su valor.

Todo esto ocurría en un medio en el cual al trabajador no se le ofrecía oportunamente una alimentación compatible con la dureza de la jornada ni se le aseguraban mínimas condiciones en los barracones donde malvivían.

Ese cuadro ha comenzado a cambiar.

Ahora al trabajador se le ofrece transporte gratuito para ir y regresar al lugar de trabajo, además de que recibe una ración alimenticia balanceada también sin costo alguno.

Después de la jornada, no tiene que cargar la caña cortada porque una equipo mecanizado va al mismo lugar de corte, denominado uña, donde pesa con exactitud la caña, sin manipulación alguna, y un supervisor inmediatamente entrega un ticket impreso en una computadora manual.

Para el pago, en principio hubo problemas porque debido a los problemas que se presentaron en el pasado y que le habían hecho perder la confianza, el picador exigía que el pago se le hiciera diario.

Pero ya hoy ese es un problema superado. El pago se hace de manera religiosa semanalmente en tres lugares, para facilitar la labor y que el picador no se ve obligado a llevar el ticket a un colmado para que se lo reciban por una suma inferior a su valor.

A eso se agrega que los salarios que se pagan en el ingenio son, según informaron ejecutivos del consorcio, superados por el que se paga en todos los demás ingenios del país, salvo los del Central Romana.

El salario mínimo establecido por ley es de 62 pesos al día, y los picadores del ingeniero reciben un salario mínimo de 141 pesos al día, sin incluir el costo de comida y transporte.

En fábrica, el salario mínimo legal es de 120 pesos por día, pero el que paga el Consorcio Azucarero Central es de 190 pesos.

Por eso ya no se ve lo que pasaba al principio del proceso de privatización, cuando para conseguir un picador había que buscarlo y no trabajaban más de tres días a la semana.

Hoy, son los propios picadores los que van a la empresa en busca de trabajo, y el ausentismo ha bajado a una mínima expresión.

Actualmente, en el ingeniero Barahona cuenta con unos 3,500 trabajadores.

El cambio también se aprecia en las plantaciones, que han sido rehabilitadas luego de haber sido dejadas al abandono, así como en la fábrica, que hoy opera con mayores niveles de eficiencia.

Lograr todo esto ha tenido su precio.

Luego de haber asumido en diciembre del año 1999 la administración por arrendamiento del Ingenio Barahona, los ejecutivos del Consorcio Azucarero Central han invertido más de US$45 millones de dólares en la rehabilitación de la factoría, infraestructura de riego, red ferroviaria y en el mejoramiento de los campos de caña y cultivo de nuevas variedades.

El papel como generador de empleos en la provincia Barahona y zonas de las provincias Bahoruco e Independencia, hace que el ingenio aporte en los cuatro o cinco meses de cada zafra por encima de RD$150 millones de pesos, a razón de US$ 1.0 millón de dólares mensual, sólo en pago de nómina. En tiempo de final de la zafra el Central Barahona continúa siendo el principal portador a la economía de la región.

Sobre la base de una planificación en la que se combinan inversiones con eficiencia, el Central Barahona que en manos privadas comenzó produciendo 11 mil toneladas métricas de azúcar, despegó su camino sostenido hacia el punto de equilibrio para su propia rentabilidad y aumentar la rpoducción, primero, a 28 mil toneladas, y en la actualidad a 38 mil toneladas.

El presidente del Consorcio Azucarero Central, Virgilio Pérez Bernal, precisó que la meta es llegar a corto plazo a las 50 mil toneladas métricas de azúcar, para dejar atrás las pérdidas acumuladas. «

Se trata además, de recuperar lo que fue en sus mejores años el Central Barahona», agregó el ejecutivo.

Pérez Bernal señaló que la empresa fue recibida en peores condiciones de las observadas durante el proceso de capitalización de la empresa pública por parte del gobierno y resaltó que se han tenido que hacer grandes sacrificios e inversiones para recuperar el central cañero.

«Las factorías estaban totalmente destruidas, los campos cañeros abandonados por años, incluso, tenían variedades de caña que habían sido eliminadas en otros ingenios, desde hace 15 años, es decir, las cosas estaban peor», afirmó.

«A esto se agrega que el paso del huracán Georges en el año 1998, causó grandes daños en los sistemas de riego en el Sur del país de donde se suplen los campos de caña de la provincia Barahona», indicó.

Señaló que han haciendo todas las inversiones tanto en factoría como en campo para recuperarlo.

En la factoría, se construyó una caldera nueva, que sustituyó la antigua, que estuvo en servicio desde el año 1916. Una caldera marca Biguelot, fue rehabilitada.

En los molinos también, ha sido automatizada la conducción de la cañaque antes era manual, ahora hay una alimentación estable gracias a la instalación de una «cinta sinfín», que acelera el ritmo de molienda.

En el área de transportación de la caña fueron rehabilitados de 80 a 90 kilómetros de vía férrea. Se compraron 150 vagones nuevos, tres locomotoras y se ha estado aprovechando la red vial para ferrocarriles.

En los campos un 70% del área ha sido incluida en un programa de trabajo, que ha dado como resultado la renovación del 50% de los campos, mientras se inició un proceso de adaptación y cultivo de ocho variedades nuevas, importadas al suelo de la provincia, esencialmente salino y baja pluviometría de 500 milímetros anuales, posicionado en una proceso de desertificación, lo que encarece el cultivo. Las variedades han sido traídas de Barbados, Brasil, Florida, y se han incorporado de la tipo Romana, adaptada en el país.

La sequedad y salinidad obliga al uso de modernas tecnologías de aprovechamiento del agua en forma racional, y parte de los cañaverales se hace por riego, por goteo y ventana aunque prevalecen los canales de riego por ventana.

MECANIZACION

El proceso de mecanización del manejo de la caña en el Central Barahona, ha permitido reducir de 3,500 y 4,000 a 500 el número de picadores de caña.

«Hemos reducido el número de braceros, porque estamos en un proceso de mecanización. Ahora mismo hemos comprado doce máquinas cortadoras que nos permiten arrimar diariamente al ingenio de 3,000 a 3,500 toneladas de caña, que es la molienda al día», explicó.

La mayoría de los picadores que aún se utilizan son residentes en el área cañera, y la empresa le aporta el transporte, provee el almuerzo y a través de los sistemas de la seguridad social, una clínica, se encarga de proporcionarles asistencia médica y medicamentos a todos los empleados del ingenio en el corte manual de caña.

RELACIONES CON EL ESTADO

El presidente del Consorcio Azucarero Central, Virgilio Pérez Bernal, dijo que las relaciones de la empresa con el Gobierno, y sobre todo con el Consejo Estatal del Azúcar en particular, son buenas, por el apoyo que ?nosotros venimos recibiendo del CEA en lo que se refiere al suministro de piezas necesarias que puedan ser utilizadas y que están en los almacenes del Consejo Estatal del Azúcar?, por la gestión del doctor Enrique Martínez.

«También hemos recibido del señor presidente de la República a través del director del CEA, la buena noticia de que el Gobierno está implementando un plan para poder enfrentar, sobre todo en la industria azucarera privatizada, los embates del Acuerdo de Libre Comercio (TLC) que próximamente se va a firmar, entonces, el Estado está buscando como puede compensar a los ingenios arrendados, las pérdidas que vamos a recibir como efecto del acuerdo comercial con los Estados Unidos, a través de la importación del Sirop de maíz.

Y una de las formas que el gobierno lo está haciendo es directamente a través del arrendamiento. Ya nosotros le hemos presentado a la comisión que integran los directores del CEA, de la CREP y del Instituto Nacional Azucarero, todos los documentos que avalan las inversiones en el ingenio, y a partir de ahí es que ellos van a tomar la decisión para esa compensación a los arrendatarios», explicó.

PRESERVAR LA INDUSTRIA

Los arrendatarios son socios del Estado en el manejo de los centrales azucareros privatizados. De doce, sólo están operando tres: Consuelo, Boca Chica y Barahona.

El presidente del Consorcio, Pérez Bernal estima que diferentes situaciones económicas han afectado la industria azucarera privatizada, comenzando por el nivel de deterioro de las instalaciones, la situación económica que sufrió el país recientemente, las variables del tipo de cambio, las dificultades del acceso a los préstamos, hasta el pago de la renta fija que es muy onerosa para los ingenios.

Esta valorización es la base de las preocupaciones de los arrendatarios sobre la necesidad de revisar la parte de los contratos que se refieren al monto del pago de la renta anual, para poder recuperar, y poder mantener operando los centrales azucareros.

«Nosotros somos socios del Estado. Todas las inversiones que se hacen, les quedan al Estado, esas calderas, todas las inversiones que estamos haciendo nosotros, les quedan al Estado Dominicano», afirmó.

Pérez Bernal considera lógico que el socio estatal en el esquema de la industria azucarera privatizada, use su poder político para defender el sector de los efectos de un TLC.

Respaldó las afirmaciones del Presidente Leonel Fernández Reyna, de que el modelo de la privatización se encontraba con deficiencia, se debió adaptar y modificar, pero nunca echarlo para atrás. «Para nosotros eso es como lluvia de mayo», expresó.

Pérez Bernal agradece las declaraciones de los directores del CEA, del INAZUCAR y de la CREP respecto a la necesidad de que se revise el monto del arrendamiento anual de los ingenios privatizados. Pero además, espera que el Congreso Nacional, se aboque a proponer el tema de las compensaciones que se requieren para el sector agropecuario y dentro de ellas las del sector azucarero arrendatario de los centrales del CEA.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas