Fuimos hasta Boca Chica tras sus típicos yaniqueques, los cuales eran ofertados por vendedores tanto en comercios como de manera ambulante, en “poncheras” sobre la cabeza…
Pero, ¡Oh… sorpresa!, al llegar nos enteramos de que esa práctica de expendio es cosa del pasado, que para disfrutar este característico producto llamados popularmente “long play”, se debe pedir por encargo en cada uno de los establecimientos que, por demás, han quitado la visión panorámica de la hermosa playa desde la entrada.
La Boca Chica actual
Ya enterados, procedimos a buscar uno de los establecimientos que aceptara elaborarnos un par de yaniqueques para las fotos que ilustrarían este reportaje. El que se mostró disponible fue “Cafetería “El Chévere”, ubicada frente a la calle inmediata a la playa.
Antes conversamos un poco con @chévere, quien nos dijo que a pesar de que Boca Chica es “la playa número uno del país por estar cerca” se encuentra en un estado de total desorganización, ya que no cuenta con áreas de parqueos, baños públicos y otros servicios propios de un destino turístico.
Manifiesta que tiene 32 años con su negocio en Boca Chica ‘porque es un vendedor honesto con sus clientes’, hay problemas con algunos comerciantes que ofrecen precios exorbitantes.
“A mi siempre me ha ido bien porque yo no abuso del cliente, no le vendo con sobreprecio, yo mismo atiendo a mi gente”, dice. Afirma también que le ha ayudado mucho ser cocinero de profesión, experiencia que aporta a su negocio. “Yo soy cocinero internacional”, alardea.
Luego de la charla “El Chévere” dio instrucciones a una de sus empleadas para que procediera a elaborar nuestros yaniqueques.
Manos a la obra
La amable empleada no quiso darnos su nombre, no obstante, en tono suave dijo: “Nno, pon a ‘Chévere’.
Explicó que los ingredientes son: harina de trigo, azúcar y sal al gusto, aceite o mantequilla, “ah, y un ‘poquitico’ de Royal”, (polvo para hornear), dice. Luego, se procede a amasar la harina en un bowl echando poco a poco el agua, con cuidado para no mojar demasiado, y dejar reposar en el refrigerador durante dos o tres días en una bolsa plástica.
Pasado este tiempo se puede usar la masa y proceder a hacer los yaniqueques: se toma un poco de la harina, se extiende con una botella, y luego con las manos se va extendiendo la masa para darle el tamaño deseado. Un truco para que permanezca el tamaño tipo “long play”, es hacer algunos hoyos a la masa