Cambio clima reduciría agua

Cambio clima reduciría agua

BUENOS AIRES (AP).– El aumento de la temperatura global podría provocar la desaparición de los glaciares de América Latina, disminuir la disponibilidad de agua potable para 70 millones de personas, intensificar los fenómenos meteorológicos extremos como las tormentas tropicales y los huracanes y amenazar a las poblaciones costeras si no se aplican planes para mitigar el calentamiento de la atmósfera, señaló un informe de las Naciones Unidas. 

El martes fue presentado simultáneamente en Buenos Aires, Ciudad de México y Sao Pablo la sección referida a América Latina del último documento del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés) de la ONU que había sido difundido mundialmente en Bruselas el 6 de abril.

   «En América Latina los efectos más importantes (del calentamiento global) van a estar relacionados con las costas y con los aumentos en el nivel del mar, la modificación de los cursos hídricos –por el cambio en el modelo de precipitaciones y el derretimiento de los glaciares–, las modificaciones de las regiones productoras agrícolas y ganaderas y la salud, porque los cambios en el clima van a favorecer el desarrollo de enfermedades como el dengue», explicó Graciela Magrin, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina y autora de uno de los capítulos del informe del IPCC.

   Por su escasez de recursos, Latinoamérica será particularmente vulnerable a los fenómenos meteorológicos extremos desencadenados por el calentamiento global. En los próximos años, prevén los expertos, se multiplicarán los huracanes, tormentas, sequías, olas de calor y tornados.

   «Lo que queda claro es que las regiones que sufren sequías se volverán más secas y los lugares con grandes cantidades de precipitaciones van a ver un incremento en las precipitaciones», resumió en México Edmundo de Alba, miembro del IPCC.

   Aunque 27 países de Latinoamérica han ratificado el protocolo de Kyoto –que establece la reducción de la emisión de dióxido de carbono y otros gases que retienen el calor en la atmósfera–, las crisis económicas y políticas que cíclicamente sacuden a la región han impedido hasta ahora la implementación de acciones efectivas para combatir el calentamiento.

   «No tenemos planes a mediano y largo plazo ajustables en América Latina. Los gobiernos miran para otro lado», remarcó el meteorólogo argentino Osvaldo Canziani, copresidente del Grupo de Trabajo II del IPCC.

   «Lo más grave no es la disponibilidad de dinero, es la falta de decisión política que permita la continuidad de proyectos de adaptación y mitigación», añadió.

   Las poblaciones asentadas en zonas de costas bajas como El Salvador, Guyana y el estuario del Río de la Plata, entre Argentina y Uruguay, serán diezmadas por las inundaciones provocadas por la elevación del nivel del mar, que para 2080 podría incrementarse en 1,3 metros.

   No correrán mejor suerte naciones andinas como Bolivia, Perú y Ecuador, donde el derretimiento de los glaciares –como el boliviano Chacaltaya, que retrocedió varios kilómetros cuadrados en los últimos años– complicarán la disponibilidad de agua potable.

   La elevación de la temperatura del océano y la acidificación del agua afectará los corales y manglares de América Central –casi hasta su desaparición– y causará el desplazamiento de los cardúmenes del sureste del Pacífico, obligando a mudar las pesquerías.

   Las capas de hielo polar comenzarán a derretirse, abriendo un pasaje interoceánico en el Polo Norte que hará que el canal de Panamá de vuelva obsoleto, dijo De Alba.

   El 43% de las 69 especies de árboles que existen en el Amazonas desaparecerá, y en Brasil y Argentina la generación de energía eléctrica se verá seriamente afectada por la disminución en la disponibilidad de agua potable.

   «Hacia mediados del siglo, los incrementos proyectados en la temperatura y las disminuciones asociadas al agua en el suelo llevarán a un reemplazo gradual de la selva tropical por sabana en la Amazonia oriental. En el noreste de Brasil y el Norte de México la vegetación semiárida tenderá a ser reemplazada por vegetación de tierras áridas», explicó Canziani.

   El cambio climático también reportará graves pérdidas a varios países que basan su economía en la producción agrícola.

   «El cambio climático conducirá a la salinización y desertificación de las tierras agrícolas. Los rendimientos de algunos cultivos importantes tales como arroz, maíz, trigo y azúcar, son proyectados en decrecimiento y la productividad del ganado tenderá a declinar, con consecuencias adversas a la seguridad alimentaria», agregó Canziani.

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