El cambio climático, las migraciones y los efectos de las nuevas tecnologías están cambiando completamente al mundo y han permitido el resurgimiento de grupos extremos, por lo cual la sociedad tiene como retos mantener el humanismo y desvelar las realidades impuestas.
Así lo consideran Ignacio Ramonet y Atilio Borón al exponer sobre la situación de la democracia en la Biclioteca Nacional a propósito del 110 aniversario del natalicio de Juan Bosch, organizado por la fundación que lleva su nombre.
En el panel también expusieron el historiador boricua Ángel Quintero y las dominicanas Reina Rosario y Marianela Pinales, en un evento a casa llena donde el espacio resultó pequeño.
Capitalismo tecnológico. Borón expuso que uno de los retos globales es luchar contra el capitalismo de la robótica y la informática que hoy en día dominan los mercados por encima de la industria tradicional.
Dijo que además se trata de un capitalismo que crea realidades como por ejemplo decir que en Venezuela hay una dictadura. Entiende que se trata de una guerra de quinta generación.
«Debemos adecuarnos a esta lucha, sino estamos perdidos», expresó.
Ramonet destacó que en el caso del cambio climático ha alterado patrones de forma dramática y en lugares donde no se daban ciertos fenómenos, ahora surgen. Dijo que esto ha creado luchas climáticas libradas por las nuevas generaciones que han provocado movimientos sociales de estructuras complejas.
En cuanto a las migraciones masivas, señaló que han provocado el resurgimiento al poder de grupos extremos de derecha en varios países de Europa y en los Estados Unidos en momentos que las remesas son soporte económico importante de los países de donde salen los migrantes.
En el caso de las nuevas tecnologías, consideró que han contribuido a la “desocialización” de la población a un nivel que la gente comparte más tiempo con el celular que con otras personas.
«Esa democratización de la información, ¿me ha liberado de verdad», se preguntó Ramonet, al cuestionar que las personas cada vez más creen necesita menos los grupos sociales.

“Con solo estos tres fenómenos que he citado el mundo ha cambiado completamente y nuestra obligación como animadores sociales, activistas sociales, como intelectuales, dirigentes de izquierda es como mantener nuestros proyectos humanistas, de justicia social, de equilibrio. Mantenemos nuestra voluntad de defendernos de imperios y sus agresiones con una sociedad que hoy es diferente y uno plantea que es diferente y eso tenemos que conseguirlo”, manifestó Ramonet.
Resistencia con salsa. De su lado Quintero habló sobre las manifestaciones sociales a través de la música, particularmente la salsa.
Destacó la importancia de las luchas democráticas, la cultura popular y sus enseñanzas a partir de elementos emancipadores que la diferencian de la lucha política y se manifiesta de varias maneras, siendo una de ellas la música.
Puso de ejemplo como con a través de la salsa se crearon una serie de movimientos contestatarios en la región de América Latina. Quintero, autor del libro «La salsa como forma de resistencia», señaló que a través del ritmo se llega a una visión dialógica que a veces deriva en conquistas sociales.
Escrita en clave masculina. Rosario abordó el papel de la mujer dominicana en las luchas sociales, en las cuales siempre ha estado presente, al criticar que la historia se ha escrito en clave masculina.
De manera particular, destacó la resistencia femenina durante la intervención norteamericana de 1916; de las mujeres del Movimiento Popular Dominicano, en la lucha contra Trujillo, las esposas de los militares constitucionalistas, las cuales tuvieron un papel destacado en los barrios populares de Santo Domingo donde lucharon al igual que los hombres y algunas ni siquiera pudieron reconstruir sus vidas, sin embargo no aparecen en la historia. «El pueblo tiene que saber que las mujeres dominicanas estuvieron dispuestas a dar la vida contra la tiranía”, manifestó.
Mientras que Pinales esbozó las transformaciones de los movimientos sociales de base del país a partir de los años 80s cuando surgieron organizaciones diversas desde comités barriales, de más de casas, juntas de vecinos y ongs, por el respeto de derechos, mejoría de condiciones de vida y provisión de servicios básicos.
«Esa nueva forma de participación creó un sentido de pertinencia, arraigo y solidaridad», expresó.
1. Las onegeización
Pinales destacó que a partir de los 90s las ongs desplazaron las organizaciones de base, sobre todo a partir del financiamiento de los Estados unidos y que fueron claves en la definición de políticas públicas a favor de la salud, la educación, el medio ambiente y la mujer. Actualmente impera individualismo y el reto es una real participación, equidad y justicia.