“Si no actuamos a tiempo, no solo seguiremos sufriendo los efectos del cambio climático, la situación también se volverá cada vez más peligrosa”, advirtió el presidente Obama con referencia a las consecuencias que los científicos avizoran que sufriría los Estados Unidos si no se detienen las causas – la emisión de los llamados “gases de invernadero” – que están generando cambios graves y dramáticos en el comportamiento del clima. La alarma se sustenta en las conclusiones de un Informe dado a conocer por la Casa Blanca, de 1,300 páginas y aportes de 300 expertos y agencias gubernamentales elaborado durante 4 años. Refuerza la alarma de ONU sobre la concurrencia de elevación del nivel del mar, acidificación de los océanos y graves sequías e inundaciones.
El Informe estadounidense resalta las consecuencias del cambio climático especialmente para los norteamericanos, con disminución de las disponibilidades de agua, torrenciales lluvias y extensas sequías con secuela de inundaciones e incendios forestales y contracción de cosechas. A diferencia de otras administraciones el Presidente Obama, se ha involucrado en el apoyo al mismo. El Informe viene en momentos en que el mundo se prepara para la Cumbre del Clima de París en 2015 que debe sustituir y superar el Protocolo de Kioto del cual el Presidente Bush retiró a los EE.UU. En esto también las contradicciones políticas en el escenario estadounidense afloran. El senador floridiano Marcos Rubio, de padres cubanos, anunció hace unos días sus aspiraciones a la candidatura presidencial republicana para 2016 descartando en su discurso la presencia y peligros del cambio climático.
Sin embargo, el director de la Oficina de Ciencia y Tecnologías de la Casa Blanca señala que no se está hablando “de una realidad futura. El cambio climático afecta a todas las regiones del país” y advirtió que el actual Informe es “el más exhaustivo y con mayor autoridad sobre cómo el cambio climático está afectando a Estados Unidos y lo hará en el próximo siglo”. Efectivamente, en el 2012 mientras que el Este sufría el embate del huracán Sandy en el centro se sufrió una de las peores sequías de la historia; el 33% de los habitantes padecieron temperaturas superiores a los 38 grados durante diez días en tanto se rompían 356 récords de temperaturas a lo largo del país. Incluso, se advierte que las consecuencias derivadas del clima afectarán severamente al sistema de transporte en EE.UU. por “inundaciones en aeropuertos, bahías, puertos, túneles y líneas de trenes”.
EE.UU. es el segundo emisor de gases de invernadero superado solo por China y le siguen India, Rusia, Japón, Alemania, Corea, Canadá, Irán y Arabia Saudita. Disminuir ese efecto requiere inversiones de las grandes empresas, de ahí que sectores comprometidos con el gran capital se muestren reticentes. El senador Rubio, ante las críticas que le endilgaron, dos días después, intentó neutralizar el efecto de sus declaraciones, aunque resultó un poco como aquello de Cantinflas “ni a favor ni en contra, todo lo contrario”.