Cambio climático  y su imprevisibilidad  en la República Dominicana

Cambio climático  y su imprevisibilidad  en la República Dominicana

Las manifestaciones más terribles que han ocurrido relacionadas con el cambio climático no han enviado señales de que ocurrirían.

Los deshielos polares fueron las primeras señales de que algo ocurría, pero en realidad nadie hizo previsiones al respecto. Es decir, nadie dijo “los casquetes polares van a comenzar a derretirse dentro de tantos años como consecuencia de la elevación de la temperatura”, porque simplemente los vaivenes en las temperaturas se habían manifestado con anterioridad, sólo que esta vez el pendular entre fríos y calores se había expresado más profundamente.

En la República Dominicana, o más apropiadamente, en la Isla de Santo Domingo, las manifestaciones de este cambio climático empezaron a ocurrir con sorpresivas y prolongadas estaciones de lluvia, cuyo mayor pico se encargó de revivir un olvidado río Soleillet, en Haití, que nace de las elevaciones Mont Mexique y Mont La Selle, y que en su nuevo despertar arrastró cientos de personas hasta los lagos Enriquillo y Etang Saumatre.  Nadie estaba sobre aviso. Nadie estaba prevenido, ni siquiera las autoridades meteorológicas locales o las internacionales.

El crecimiento desproporcionado de los lagos Enriquillo y Etang Saumatre ha sido otra sorpresa que todavía se mantiene como un hecho “extraño”, cuando en realidad no es más que la activación de resurgentes de la zona como consecuencia de la acumulación en los acuíferos subterráneos que también despertaron con las lluvias que en algunas zonas del país parecen eternas. Pero estas lluvias tampoco fueron previstas.

El largo “invierno” que tuvimos desde mucho antes del fin de año y aún después de entrado el presente año, tampoco había sido previsto. Y naturalmente, no hay previsión sobre lo que va a ocurrir en este verano, en el otoño y en el próximo invierno.

Las últimas lluvias han causado inundaciones que no estuvieron previstas, como tampoco estuvo previsto el derrumbe de los puentes y otros daños ocurridos en los dos países que ocupan esta Isla. Igualmente no hay previsión si en lugar de tormentas de lluvia recibiremos tormentas eléctricas o tormentas con granizadas, y mucho menos si los granos de hielo que pueden traernos esas tormentas serán más grandes que los que normalmente caen cuando han ocurrido.

En fin, con el cambio climático lo único previsible son dos cosas:  lo que acontecerá  ocurrirá en grande; y los que sufrirán daños serán los que se queden en aquellos sitios donde las manifestaciones atmosféricas les tocan: inundaciones de ciudades, de sembrados, de barrios colocados en cañadas y desembocaduras de arroyos, a orillas del mar y en lugares riesgosos de deslaves y derrumbes.

Zoom

Quiénes sufrirán

Todos saben quiénes, hasta las autoridades lo saben. De manera que lo que ocurra, y que puede ser en grande, les ocurrirá por no haber hecho caso a una previsión simple: quítese del paso de los ríos y de los vientos,  haga una casa de piedra a buena distancia de las zonas de deslaves y derrumbes, y hágales caso a los perros, cuando se arrinconen casi enroscados, hágalo usted también.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas